Por Adriana M. Cardona López
Dicen los que narran historias y hacen un reconocimiento histórico del territorio que entre escobos y carboneros existen los muros de piedra llamados vallados que dividen fincas en la zona rural de la Ciudad de Envigado.
La Loma del Escobero y Chingui # 1 marcan la división. Y el cambio de ocupación de los predios hace que se construya una nueva ciudad. Los constructores con su ingeniera arrasadora borran las huellas de un legado que nos dejaron los indígenas y colonos. Y que la recuperación ancestral que marca nuestra historia se quiere borrar. El crecimiento de las ciudades sin una planificación sensata es la prioridad; ya que la expansión urbana puede más que el patrimonio arqueológico.
La pequeña hormiga arriera construye su nido entre piedra y piedra demostrándonos métodos nuevos para construir y proteger sus nidos en los vallados, el pájaro cucarachero registra todas las piedras en busca de insectos y moluscos; mientras que la ardilla trata de esconder uno que otro corozo que hábilmente colecta en las palmeras de las fincas. Las huellas y el trazado de los vallados nos muestran la ruta y su antigüedad; pero ya es difícil defender su existencia. Quieren borrar nuestra propia historia.
Más historias
Doctor Petro, Las fuerzas populares se manifestaron contra su gobierno
Malas noticias para Petro
Crónica # 866 del maestro Gardeazabal: una batalla muy cara