@jflafaurie
Por José Félix Lafaurie Rivera (Foto)
¿Hasta cuándo Catilina, abusarás de nuestra paciencia?, famosa frase con la que Cicerón inició la primera de sus “catilinarias”, como se conocen sus discursos en el Senado de Roma contra un mañoso conspirador.
Cuando me enteré, con más indignación que sorpresa, del anuncio del ELN de otro paro armado en Chocó desde el 9 de noviembre, llegó la frase a mi memoria y la parafraseé para mis adentros: ¿Hasta cuándo ELN, abusarás de la paciencia del pueblo colombiano?
De cumplirse el paro, sería un acto de “perfidia”, expresamente proscrita en los acuerdos firmados, no solo por el hecho mismo de un hostigamiento injustificado a poblaciones vulnerables, sino porque se anuncia justo después de la reunión de Caracas para evaluar la crisis de las negociaciones y acordar nuevos términos. ¿Por qué? ¿No será porque no cumplieron ninguno de los anteriores?
Esos nuevos términos, declarados por el ELN ante los delegados del Gobierno Nacional, de los países garantes y acompañantes, del enviado especial del secretario general de la ONU y ante la Conferencia Episcopal, incluyen los “principios básicos”, entre otros la buena fe, cumplir lo acordado, no firmar lo que no se puede cumplir, asumir responsabilidades y decir la verdad al país.
¿No se sonrojaron siquiera?, me pregunto, pues mientras declaraban buena fe y pretendían borrar dos años de incumplimientos, su Frente de Guerra Occidental anunciaba amenazante el paro armado.
Si de asumir responsabilidades se trata, como presidente de FEDEGÁN, no como miembro de la delegación, exijo que se aclare si ellos perpetraron el secuestro del ganadero Cristian Serrano en Rio de Oro, Cesar, el 7 de noviembre, mientras negociaban. De ser así, que lo devuelvan de inmediato.
Si de buena fe se trata, ¿por qué el paro armado y los hostigamientos a la población? ¿Por qué persistir en el secuestro extorsivo?, ¿por qué dejar vencer el cese al fuego con argumentos espurios de incumplimiento del Gobierno? ¿Por qué 16 ataques contra la Fuerza Pública desde del vencimiento del cese? ¿Por qué los atentados a la infraestructura petrolera?, 27 entre agosto y septiembre, la mayoría presuntamente de su autoría, pues son los de mayor presencia en la zona y expertos en esa modalidad terrorista.
Si, como afirman los analistas, de lo que se trata es de presionar al Gobierno y sentarse a la Mesa desde una posición de fuerza… ¿es esa una demostración de buena fe, de la voluntad inequívoca de paz que debe inspirar unos diálogos que pretenden alcanzarla?
Finalmente, cuando leo los 13 principios planteados, me queda el sinsabor de la posición edénica del ELN y, también, más preguntas que esperanzas.
Para el ELN, la paz empieza con ellos y con ellos termina el conflicto. Lo mismo pensaban las Farc y hoy estamos hasta el cuello de narcotráfico y violencia. Si ya refundamos el Estado al amaño de las Farc en 2016…, ¿qué exigirán los elenos en un eventual Acuerdo Final que, además, van a estirar hasta 2026?
Personalmente, no puedo suscribir, como condición, que el horizonte del proceso sea una “sociedad Post capitalista” (sic), pues se infiere el fin de la libre empresa y la economía de mercado, esencia de nuestro ordenamiento democrático. ¿Qué vendría después?, ¿acaso el socialismo puro, la economía centralizada y la pérdida de libertades? No es en vano la estrambótica exigencia de que “EE. UU. no objete la solución política del conflicto”.
No me parece el resultado de un “examen franco y profundo” del proceso, como reza el comunicado conjunto. Más me parece la continuidad de un abuso del ELN contra la paciencia del pueblo colombiano. Por eso repito con Cicerón… ¿Hasta cuándo?
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