25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Hasta cuándo aguantará Ocampo, el escudero del presidente Petro 

@petrogustavo @JoseA_Ocampo 

No cesan las especulaciones sobre la eventual renuncia de José Antonio Ocampo a la cartera de Hacienda. 

Como se sabe, el hombre está en licencia de sus labores académicas en la Universidad de Columbia.  

Aunque el alto funcionario ha insistido en que no va a renunciar, hasta ahora no ha precisado por cuánto tiempo estará en el cargo.  

Como afirma la politóloga Daniela Garzón en Razón Pública, “La presencia de Ocampo le permite a Petro vociferar sus ideas que a veces cambian de un día para otro, que son parte de su capital político y que tensionan la confianza de los inversionistas y tenedores de bonos de deuda colombianos, por solo mencionar unos casos, porque es un hombre que dentro del entorno económico tiene una alta reputación y su presencia en el Ministerio es una especie de garantía frente algunas ideas polémicas o incluso descabelladas que se quedan solo en Twitter o en la plaza pública, pero que suenan populares”. 

“Ocampo se ha vuelto el bastión de la confianza de un gobierno que apenas está aprendiendo a gobernar. A diferencia de sus compañeros, es un hombre curtido, y su serenidad y firmeza lo han hecho el capitán de un barco que adentro está agitado y que navega en medio de una tormenta internacional en la que la peor idea sería aventurarse a soluciones inventadas. 

“Petro sabe bien que podrá seguir sacando provecho de su presencia porque ese “paraguas” le sirve para probar caminos, para ver qué tanto puede avanzar con sus propias ambiciones y deseos. Las contradicciones no van a acabarse porque son apenas normales en un grupo de personas que no se conocían, que vienen de escuelas de pensamiento y trayectorias muy diversas y que aparte tienen el reto de traducir qué es lo que quiere Petro, y si eso que quiere, que al parecer está en el plan de gobierno, es siquiera posible, o mejor, deseable”. 

Personas como Ocampo puede contradecir al propio presidente o a sus compañeros sin apenas sonrojarse, y la libertad de irse cuando algo definitivamente no les parezca. 

Sostiene Daniela Garzón que “Así el escenario deja en el aire la pregunta de hasta cuándo será Ocampo el policía malo, el apaga-incendios sobre el que reposa la estabilidad y la confianza en un gobierno que por su propia naturaleza desafiante del orden conservador causa mucha animadversión. Más allá, cabe preguntarse si esto es una estrategia consensuada o apenas una consecuencia de que Ocampo no venga de la entraña de Petro, ni sea su amigo de toda la vida, y que esa sea su principal virtud pues los buenos ministros de Hacienda suelen ser tremendamente impopulares. 

“Algunos rumores indican que Ocampo no duraría más de un año frente al ministerio de Hacienda, pero si se va ¿quién podría inspirar la seguridad y credibilidad que él inspira cuando muchos de sus compañeros de gabinete son jóvenes y apenas están enfrentándose a las dificultades de gobernar? 

Parece que es un buen momento para lanzar los dados”.