18 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Grito por Arenas Betancourt

Oscar Dominguez

Por Óscar Domínguez 

A veces es de buen agüero que lo boten a uno. Belisario Betancur y Rodrigo Arenas Betancourt, comparten feliz echada: El rector magnífico del seminario de Yarumal, Aníbal Muñoz Duque, expulsó a BB por asaltar la cocina y hacer versos cojos contra su profesor de latín. A Arenas, por tallar vírgenes en madera. 

Liberado de teologías, Arenas esculpiría en Medellín (1944) una Eva desnuda que escandalizó a la parroquia. Esta vez padeció destitución fulminante del cargo de docente. Fue tal el despiporre que sus amigos hicieron vaca y lo enguacalaron para México. 

Belisario, Otto Morales Benítez y Jaime Sanín Echeverri, entre otros, garrapateaban columnas para El Colombiano. El producido llegaba al escuálido bolsillo de Arenas. 

Cualquier día, el Maestro les notificó a sus mecenas plumíferos: “No manden más plata”. Levantaba para la yuca haciendo precolombinos mexicanos. Fiel a su condición de paisa de Fredonia, cobraba según el marrano. Les cargaba la mano a los hermanos gringos. 

Betancur y Morales, compañeros de bohemia de los años cuarenta, aparecen como sus grandes amigos en “Los pasos del Condenado” (Arango Editores) que narra el terrible secuestro que padeció por parte de las FARC. (Textos como estenllevaron al Nobel de Aracataca a afirmar que Arenas es uno de los tres mejores escritores colombianos al lado de Valencia Goelkel y Ernesto Volkenin). 

Otto Morales habla de la obra de Arenas y agota adjetivos. “Qué escritor tan inmenso. Léalo”, ordenó el nonagenario abuelo. Le obedecí leyendo lo que escribió sobre el secuestro y me di tremendo banquete literario. 

La devoción de Arenas por el cuasi nonagenario Don Otto, quedó plasmada en una escultura que está en la Biblioteca Pública Piloto. Una vez trató de llevársela. Pero se lo impidieron lectores beligerantes que se pillaron la maniobra. Del ahogado el sombrero: un Crucifijo, regalo de Arenas, presidiría la oficina de abogado de don Otto en la torre Colpatria, en Bogotá. 

El legado de Arenas está capando museo.  Solo una inmensa minoría conoce su casa- taller. María Elena ha pegado gritos en busca de apoyo oficial y privado para un museo que permita divulgar la obra del hombre que hacía poesía y política con sus esculturas. 

Cacaos del Sindicato paisa y alto heliotropos oficiales han amagado con volver museo el talento de Arenas. Han quedado de ir a ver los talleres. Falso positivo. 

Una Ley de honores – con estampilla incluida – creó para Sabaneta el museo que lleva el nombre del artista. Los alcaldes sabaneteños han pasado agachados. Quieran los dioses que la serie de TEleantioquia rescate del olvido la obra del maestro de Fredonia. 

Vidas para-lelos: Botero y Arenas 

Mientras los paisas miran lelos en el Museo de Antioquia el Viacrucis del flamante octogenario Fernando Botero, la obra de su paisano y colega Rodrigo Arenas Betancourt, vive su vía dolorosa olvidada en su taller de Caldas. 

Desde pequeñín Botero pintaba “volúmenes” –gordas no – para su entorno. Arenas tallaba vírgenes desnudas en madera. Lo echó del seminario de Yarumal, el rector Muñoz Duque 

Botero regaló un gato al centro cultural del corregimiento de San Cristóbal. Se le han robado pelos. Arenas también tuvo su ladrón honrado: Belisario Betancur se robó la primera maqueta del Bolívar de Pereira y la regaló a la Fundación Otto Morales Benítez. 

El uno con sus bastantonas y el otro con sus escuálidas figuras, hacen escultura, poesía, política. 

Botero regala, luego existe. Por donde pasa, deja huella de su generosidad y de su talento. 

Por desidia de autoridades nacionales, departamentales y parroquiales que no cumplen lo que les ordenan mandatos desoídos, los herederos de Arenas, con su esposa María Elena Quintero a la cabeza, no han podido compartir el legado. 

Al igual que Botero, también Arenas le ha dado al país importantes obras: El Bolívar desnudo, el monumento a los Lanceros, de Rondón, en Paipa, Boyacá, su preferido, la Gaitana, en Neiva, Cristo de la liberación latinoamericana, en Barranquilla, el Bolívar-cóndor, en Manizales, Homenaje a la raza antioqueña, en Medellín, monumento a los fundadores, en Villavicencio, la obra de la revolución en Marcha, en Valledupar, Monumento al esfuerzo, en Armenia. 

Botero vive en Pietrasanta, Italia. Arenas, fue agregado cultural de la embajada de Colombia en Italia. El primero pintó la violencia en Colombia. Arenas fue secuestrado 82 eternos días por las FARC. 

En sus mocedades, ambos coincidieron en México. Algo maluco los distanció. Botero realizó en México la mayor retrospectiva de su obra. En la capital mexicana, Arenas realizo su primera obra monumental, “Prometeo”, para la Universidad Nacional. (Notas publicadas en El Colombiano).