Ferrocarril del Suroeste-Occidente y Urabá, un sueño por cumplir

Por Balmore González Mira 

En el anterior Gobierno Departamental escuché frecuentemente al Doctor Luis Pérez hablar de “Pensar en Grande”, tales fueron sus ambiciones, que tal vez jamás había visto a un gobernante que pensara más en el futuro que en el mismo presente.  

Recordé un día que lo escuchaba dar instrucciones a su equipo de trabajo de lo que debían ser los proyectos y las obras para dejar una Antioquia más competitiva para las próximas generaciones. 

También recordé con frustración cuando habló en el pasado de la necesidad de muchas más vías elevadas en Medellín para salir del colapso vial y hoy sí que es cierto, cuando llegó ese futuro, que se necesitan en la ciudad. 

Revivir el Ferrocarril de Antioquia fue una de sus apuestas, por supuesto no fácil y tampoco para reconstruir lo que habían acabado en los últimos cincuenta años, sería una realidad inmediata o como por arte de birlibirloque.  

Lo recuerdo también exponer emocionado sobre el tren multimodal entre el suroeste y sur del Valle de Aburrá hasta Barbosa en el norte de esta misma área metropolitana, dejando puestas las primeras bases para que esto, más temprano que tarde sea una realidad. No puedo entrar en más detalles, que no conozco, pero haber sido testigo de excepción de estas presentaciones, me llena emoción que hoy no escondo. 

La actual administración departamental en cabeza de Aníbal Gaviria no ha dejado esa iniciativa en el olvido y por el contrario la ha nutrido con proyectos de vías férreas  que llevarían progreso a las regiones de nuestra maravillosa geografía y nos harían más competitivos ante el mundo que demanda bienes y servicios; para bien de Antioquia y de Colombia toda; he conocido lo que se viene estudiando de una línea férrea que atravesaría desde el Suroeste del departamento, pasando por el Occidente y llegando a Turbo, conectando este maravilloso sistema de transporte con lo que serán los Puertos de Urabá y estos con el mundo.  

Esta obra ni más ni menos es el sueño de quienes hemos creído que uno de los más grandes errores de nuestra historia en infraestructura y movilidad ha sido abandonar los ferrocarriles, cuando el mundo se dedicó a construirlos y hacer de este transporte uno de los más económicos, seguros y versátiles en sus economías, y hasta más amigables con el medio ambiente.  

Bienvenida la continuidad en los proyectos de esta envergadura, donde puede demostrarse la grandeza de los gobernantes. 

En efecto, llegar hasta Turbo con esta iniciativa para aprovechar parte de la infraestructura vial, de las autopistas de la montaña (nombre original) y de túneles que se han construido y vienen construyendo, es lo que se ha denominado la oportunidad y pertinencia del proyecto. Es ahora o nunca. 

Este sueño por cumplirse debe trabajarse de manera paralela a una iniciativa que debe plantearse de manera urgente con los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Magdalena  y la Guajira para empezar a planificar lo que sería el proyecto más grande en ferrocarriles del país y que una a Urabá con Riohacha, en una vía costanera que siga de los puertos en Turbo, pasando por Necoclí, Arboletes y luego pase a los municipios del departamento de Córdoba, comenzando  por Canalete,  los Córdobas, Puerto Escondido,  Moñitos, San Bernardo del Viento y San Antero,  etc.,  aprovechando un trazado vial existente  en la región.  

Lo primero es conversar sobre la creación de una RAP (Región Administrativa y de Planificación) o alguna de estas figuras constitucionales sin explorar que desarrollen las verdaderas regiones en una Colombia autonómica por estrenarse; integrar las regiones en una verdadera realidad sobre el Caribe colombiano y empezar a rayar, trazar, concertar y sobre todo planificar este sueño que de volverse realidad, pasaría a la historia como la más grande realidad de integración territorial y de pensar como regiones propias con necesidades diferentes, pero con soluciones comunes.