21 abril, 2025

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Fausto de América sigue siendo un canto al amor y a la libertad 

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Ivan Guzman

Por Iván de J. Guzmán López 

A la fraternidad y al respeto profundo que tiene Fausto de América por sus amigos, debemos, mi familia y yo, su deliciosa compañía, el viernes 25 de octubre de 2024. Tuvimos la dicha de compartir con el hombre, con el artista, con el ser humano integral, con el filósofo de la vida y la espiritualidad; con el Colombiano universal que sigue “soñando con el abuelo”, a la hora de pensar y soñar una Colombia mejor, una Colombia justa y libre.  

Llegó con María Patricia Álvarez, su esposa, quien lo escucha con el embeleso de una enamorada juvenil, porque la poesía amorosa de Fausto, su filosofía social y espiritual, el realismo que denuncian sus canciones, parece ser la amalgama que los ha unido como un todo, con la trascendencia de los que ahora ya no son sólo alma, porque el crisol de la vida y del pensamiento y de la sensibilidad, los ha puesto en los dulces jardines del espíritu.    

Llegó con su guitarra. Con la mano firme de un hombre de más de 2 metros, abrazaba su “novia de madera”, sin que María Patricia sintiera celo alguno por ella. Tal vez, Fausto mismo, alguna vez, le aclaró aquello de  “mi primer amor fue el sonido de la guitarra y ahora tú también lo eres”.

Traía vivencia en el corazón y en las manos, y en la voz generosa, cuando de cantar, denunciar o decir cosas bellas se trata. Nos recordó que desde niño sintió la pasión por el arte del canto y que ello, no obstante su familia culta y amorosa, le trajo desencanto, pues no podían entender que el hijo mostrara tanto interés y decisión por abrazar una vida de artista. Entonces recordé a don Ricardo Pombo, en su célebre sentencia, dicha a su hijo, Rafael: 

El padre del célebre poeta, escritor y traductor colombiano Rafael Pombo, don Lino Pombo, fue un hombre muy disciplinado y no estaba de acuerdo con la sensibilidad de Rafael por el arte, ya que él era un defensor de la educación científica, y decía que ´´sobraban muchos humanistas y faltaban más científicos´´. Ante el férreo comportamiento y gusto poético del joven Rafael, don Lino le dijo: 

´´Decídete por algo, porque haces tantas cosas y no vas a salir con nada serio´´. Y Rafael le respondió: ´´papá lo que más me interesa es la poesía´´. A lo que don Lino replicó: ´´poeta serás, aunque después te pese´´.  

Y Fausto se hizo canta-autor, ¡y de talla mundial! (sin que alguna vez, la talla le haya sofocado o robado la sencillez y autenticidad); y estoy seguro que jamás, en sus más de 60 años de vida artística, le haya pesado. Sólo que su amor a la familia le llevó, muchos años después, a recibirse de abogado de la Universidad de Envigado, para aliviar algún posible desaire causado a sus padres.     

Adolescente aún, la mofa de Cupido le llevó a paladear el dolor del despecho y a escuchar el llamado de Baco, en su “dulce” presentación del vino. Favor que le hizo la vida, porque su debut como compositor fue estruendosamente bello, con la composición e interpretación de “Beber, para qué beber”: https://www.google.com/search?q=beber+para+que+fausto+beber&oq=beber+para+que+fausto+beber&aqs=chrome..69i57j33i160l2.5872j0j15&sourceid=chrome&ie=UTF-8#fpstate=ive&vld=cid:d4d2aac9,vid:6rbHOcTj2So,st:332 Y le siguieron inolvidables, como esta,  donde nos invita Cantar más bien que llorar: https://www.youtube.com/watch?v=sQxbmDJasgQ

https://www.youtube.com/watch?v=6rbHOcTj2So&pp=ygUVZmF1c3RvIGJlYmVyIHBhcmEgcXVlY aprendió, ¡con cinco admirado!, a escribir canciones que son auténticas piezas musicales en Colombia y allende las fronteras, a más que dio clausura temprana y rotunda al viejo vicio de “matar las penas” con alcohol.   

Fue entonces cuando su nombre artístico de Fausto de Colombia, debió trocar por el de Fausto de América; el Fausto, como inteligente reconocimiento al autor de un drama, justamente titulado Fausto (en Alemán, Faust) del escritor alemán Johann Wolfgang Von Goethe, el sabio que nos invitaba, desde 1802, a que fuésemos ciudadanos del mundo. 

Las horas fueron pasando, y la vida y el canto de Fausto agregó dicha a nuestra nostalgia, y aflojó la ternura de su compañera de vida –y de muerte, asegura Fausto- en que se ha convertido María Patricia.  

Las canciones llenaron la noche, y el aire parecía más limpio, con la voz sonora y la fiesta de “Susana” https://www.youtube.com/watch?v=AYVI5x9mULg; a la que le siguió una dulce añoranza de amor, intitulado “Te inventé”:  https://www.youtube.com/watch?v=ZYKP1240S9Q y después, una dulce recordación, “Agua caliente” https://www.youtube.com/watch?v=bKAmxv5FZGQ .  

Ulteriormente, llegó esa queja de amor y pena por nuestra martirizada Colombia, que ahora es un himno en plazas y calles ante la ignominia que vivimos, que se llama “Soñando con el abuelo”:  

“Anoche estuve soñando que hablaba con mis abuelos 

 y les pregunté llorando: ¿qué puedo hacer por mi pueblo? 

 Aquí ya no existe paz, aquí ya no hay libertad,  

aquí ya no pasa un día sin algo que lamentar”… 

A la pregunta de qué nuevas producciones tiene Luis Javier Piedrahita, que es su nombre de pila, Fausto de América responde con una queja filosofal, titulada, ¡Pilatos otra vez!: 

“Pilatos: señala como nuestra procastinación en el servicio, nuestras potencialidades descubiertas, trabajadas, desarrolladas, pueden formar, sin duda alguna, parte definitoria del constructo social, político y económico. Suma de individuos conscientes, preparados, comprometidos consigo mismos y con la especie humana, además del medio-ambiente”. 

Y nos cuenta de títulos como “¡Cuando yo me vaya!”, “¡Siempre es navidad!”, “Tu sonrisa” con el maestro Julio Ernesto Estrada, Fruko, como compositor, arreglista y productor. La letra es de su autoría. Estas Canciones –dice-, no están en el mercado. Las estoy grabando en este momento con el maestro Gustavo Arenas, en Atlanta (Georgia), y pronto, para el año 2025, aparecerán en los medios.  

A estas nuevas producciones debemos agregar un sentido homenaje a nuestros soldados, hoy expuestos casi que como carne de cañón para los delincuentes, sin miramiento ni sentido de patria alguna por parte del gobierno, justamente titulada, “Gloria al soldado colombiano”: 

https://www.google.com/search?q=Gloria+al+soldado+colombiano+Fausto&oq=Gloria+al+soldado+colombiano+Fausto&aqs=chrome..69i57j69i61l3.14704j0j15&sourceid=chrome&ie=UTF-8#fpstate=ive&vld=cid:4cb6d4ad,vid:0YNnjEmsZoE,st:0

 En el interludio que va de una canción a otra, nuestro Fausto se torna taciturno, grave, sentencioso, cuando agrega: “La ignorancia es vivir más en lo transitorio que en lo eterno”. Sus palabras van fertilizando la noche y el pensamiento y el interrogante, y agrega que “solo vivimos para servir”.   

Finalmente, antes de despedir la noche y guarecer la guitarra en su fino estuche de cuero negro, preguntamos por su lugar de nacimiento, ante la generalizada idea de que vino al mundo en el querido municipio de la Ceja, cuna de Gregorio Gutiérrez González: 

“Yo amo a La Ceja, a sus gentes, su historia, su cultura; me siento cejeño. Pero en realidad nací -y la amo, también, como a la Ceja- en Medellin, nuestra ciudad de la eterna primavera”. 

Agregando a su vena artística, se despide de mi familia y de mí, con un ramillete espléndido de poemas, que en su voz, parece que fuera el alma de Antioquia, justamente la que hablara. 

Gracias a Fausto; gracias al hombre, al artista, al ser humano integral, al filósofo de la vida y la espiritualidad. Gracias, Fausto amigo, colombiano universal; por favor, sigue cantando, sigue “soñando con el abuelo”.