16 septiembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¡Fatelares 85 años, orgullo de Antioquia!

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Detrás de la exitosa historia de Fatelares, tal vez la única textilera en el país que ha sobrevivido a las numerosas crisis que ha vivido este sector, hay una impronta de sacrificio, de esfuerzo y de entrega, pero, sobre todo, de sentido humano, de pertenencia, de decencia y de honradez.

Así lo deja ver su Director Visionario, Juan Rafael Arango Pava, en una entrevista con el abogado Antonio Montoya, director del programa Pensamiento al Aire, con motivo de los 85 años que está cumpliendo la compañía.

Arango Pava, motor indiscutible de Fatelares en los últimos 27 años, es el gran inspirador de la filosofía empresarial que ha distinguido a esta empresa, y que la convertido en líder del territorio en el manejo del recurso humano. En ella, en forma increíble, se da la sucesión laboral que nace en el abuelo, sigue el papá, el hermano, el nieto. El concepto es que pueden trabajar familiares en Fatelares, bajo el concepto de que todos cuidan la empresa, porque la empresa es de todos.

Pero debe haber un secreto para que Fatelares no solo se hubiera mantenido, persistido y resistido, sino que se muestre sólida hacia el futuro. ¿Y cuál es ese secreto?

El Director Visionario dice que debe reconocer que la cuota inicial ha sido el compromiso de los socios para aguantar todos los embates, y la resistencia. Destaca que el recurso humano es fundamental en todas las empresas. Motivando a los trabajadores con la satisfacción de todas las necesidades. “Al trabajador hay que tratarlo con dignidad y respeto”, expresa. Por eso en Fatelares hay personas que llevan 40, 38, 25 años.

Dice Arango Pava que es muy importante la disciplina, el cumplimiento de todas las normas, por el bien de todos los trabajadores. Y de la mano de la disciplina, la sinceridad y el trabajo en equipo. O sea, hay que persistir y resistir. Que la persona tenga la integridad para aceptar que se equivocó. Pero a la vez, nadie hace nada solo. El trabajo en equipo es definitivo.

En equipo afrontamos todas las crisis sociales, políticas y económicas y salimos adelante, expresa con satisfacción.

También destaca la importancia de generar confianza entre los colaboradores, proveedores y el sector financiero, por su solidez humana y empresarial.

Y en el marco de todo esto, la honestidad, que es la bandera, todo transparente, todo por encima. Y otro aspecto básico, es no tenerle miedo al miedo. Pensar positivamente con decisión para afrontar todos los retos.

Juan Rafael Arango dice que es tal el sentido de pertenencia, que la gente habla con orgullo de la compañía. Por eso hacemos todo con optimismo y pasión. Hacemos más de la cuenta, y los 420 trabajadores disfrutamos y nos gozamos el trabajo.

El trabajador habla de la fábrica como si fuera suya. El que se jubila lleva la hoja de vida de su hijo. Tenemos casos en que trabaja el abuelo, el papá, el hijo el nieto, y todos cuidan la empresa.

Dice Juan Rafael Arango que aparte del excelente trato al recurso humano, la empresa ha dado un salto enorme en la tecnología. Todas las máquinas son nuevas, y de última tecnología. Por eso ya estamos internacionalizados. Exportamos a más de 12 países, de América y Europa, dice con satisfacción.

Sostiene el Director Visionario que el 76% de las ventas son toallas, el 10% hamacas y el otro 14% sobrecamas.

El orgullo con que el Director Visionario se refiere a su compañía Fatelares, en la celebración de sus 85 años desde su fundación, aunque 138 desde sus inicios, es el mismo que respiran los 420 trabajadores que la sienten como suya, porque de ella satisfacen todas sus necesidades básicas, como por ejemplo tener su vivienda propia. Porque sienten que tienen empresa propia.

La siguiente es la reseña histórica de Fatelares:    

En 1886 Jesús María Montoya fundó Tejidos la Constancia para producir hamacas, muleras y sobrecamas. 

En 1932 se asoció con Francisco Arango Villegas con quien siete años más tarde en octubre de 1939 fundaron Fábrica Textil de los Andes “Fatelares”, nombre que conservó hasta el 2010. 

En 1946 compraron la Fábrica de Tejidos Albión. 

En 1986 adquirió la Fábrica de Frazadas y Cobijas Ensueño. 

En el año 2000 tomó la decisión de incursionar en el mercado de las toallas adquiriendo los primeros equipos para ello. 

Desde 2006, cuando le compró a la Compañía Colombiana de Tejidos Coltejer parte de sus instalaciones en el municipio de Itagüí, donde actualmente está ubicada, no ha parado en la tarea de modernización de equipos de tejeduría de toallas, de tintorería y de confecciones. 

Desde esa fecha y hasta el presente, la empresa ha trabajado más intensamente en el cambio del “core” de negocio (antiguamente cobijas) hasta tener hoy prácticamente el 75% de las ventas en toallas, convirtiéndose así en el segundo productor nacional. Arduo crecimiento lo ha basado en su calidad, en su servicio al cliente y en su innovador y reconocido diseño. 

Luego de lograr este lugar en el mercado nacional, la compañía ha empezado a incursionar a nivel internacional, logrando en el 2018 exportaciones a 12 países. 

Desde el 2019 y hasta la fecha se han realizado inversiones muy altas en maquinaria y tecnología que nos han permitido mejorar la productividad, la eficacia y la precisión para alcanzar los mercados nacionales e internacionales que nos hemos trazado.