15 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Fajardo regaló el control de EPM sobre Hidroituango 

@sergio_fajardo @QuinteroCalle @EPMEstamosahi @Hidroituango 

Por cuenta de sus cálculos políticos, Sergio Fajardo Valderrama afectó seriamente los intereses de EPM en el proyecto Hidroituango, al punto de dejarlo a merced de su otro socio, la Gobernación de Antioquia, que luego rompió los pactos de decencia y gentileza. 

La historia, desarrollada con detalle en el libro La maldición de Hidroituango, del escritor y periodista Germán Jiménez Morales, comienza en el momento en que Aníbal Gaviria Correa, como gobernador de Antioquia, en una jugada inteligente y osada, convenció a Fajardo, entonces alcalde de Medellín, que EPM renunciara a ser el socio controlante de la central hidroeléctrica de mayor importancia para la generación de energía en Colombia, capaz de cubrir, ella sola, el 17% de la demanda. 

¿A cambio de qué hizo eso Fajardo? 

Ahí viene lo insólito, que no dio lugar a un debate político ni a un llamado de atención con copia a la hoja de vida del entonces gobernante. 

Bueno, EPM no recibía económicamente nada por semejante sacrificio (¿detrimento?), pero políticamente se supone que ambos mandatarios sí ganarían, porque consolidarían ese pacto que denominaron amorosamente AMA, o sea la Alianza por Medellín y Antioquia. 

El libro de Jiménez Morales -el número 19 que ha publicado- cuenta con lujo de detalles ese “regalo” de quien proclama el carácter sagrado de cada centavo público. En virtud del mismo, EPM pasó de tener el 53,5% de las acciones de la entonces promotora Pescadero Ituango, al 44,47%. 

Gracias al “miti-miti” accionario que aceptó Fajardo, la Gobernación y el Idea pasaron a controlar también el 44,47% de la propiedad de Hidroituango. 

Ese fue el comienzo de una pesadilla para EPM y para la necesaria armonía que debería existir entre los socios de un proyecto estratégico, máxime tratándose de actores públicos. 

En el gobierno de otro fajardista, Alonso Salazar, el entonces gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero, hizo una jugada maestra y le arrebató a EPM el poder para direccionar el desarrollo de Hidroituango. 

Los detalles están en el libro, que revela también una faceta inédita de las causas del desastre de la hidroeléctrica, ocurrido en abril de 2018 y que aún mantiene en condiciones de vulnerabilidad una obra de infraestructura cuyo costo podría superar los 20 billones de pesos. ¿Una tragedia fruto de una maldición y su salvación en manos de Dios? https://amzn.to/3JAftkz 

Según Jiménez, a la primera parte de su libro perfectamente le hubiera podido colocar el título de ¿Se puede morir dos veces? 

En la segunda parte, que es todo un trabajo de “arqueología” sobre los orígenes del proyecto, sorprende ver a personajes, públicos y privados, con actuaciones codiciosas que rayan en lo ilegal y en un manejo caprichoso e irresponsable de los dineros públicos. 

Muchos de esos personajes aún están activos en la política y la economía. Los más destacados de ellos son, inclusive, aspirantes a la Presidencia de Colombia.