29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Experiencias en el mundo para reabrir las escuelas

Por Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

Todos: alumnos, maestros, padres de familia, ciudadanía en general y gobiernos desean la reapertura de las escuelas, colegios y universidades. Son más de 1500 millones de estudiantes (cerca del 90% de los niños), desde preescolar hasta la Universidad, que fueron forzados a abandonar la educación presencial. Al sumarle a esa cifra a los maestros, directivos escolares, personal administrativo y a otros miembros de las comunidades educativas se alcanza un cuarto de  la población mundial.  

Con el cierre pandémico se recurrió a alguna forma de educación remota, con recursos de aprendizaje obtenidos y aplicados de súbito sin la oportunidad para una adecuada validación de sus efectos positivos en los procesos formativos. De otra parte, muchos alumnos y maestros han sufrido la carencia de recursos tecnológicos y de la posibilidad de acceder y usar plataformas virtuales, ya por ausencia de conexión a Internet, carencia de dispositivos electrónicos, insuficiente ancho de banda o inexistencia de espacios apropiados en el hogar para aprender o enseñar. Un porcentaje alto de maestros y alumnos han encontrado agotadores y estresantes el manejo de las plataformas digitales empleadas, muchas de las cuales no fueron hechas para sustituir los complejos procesos formativos presenciales. Como la inmersión diaria por largas horas en los ambientes electrónicos virtuales les agota la motivación, se ha creado una situación que podría arrastrar actitudes contrarias a la utilización de medios y recursos digitales en los procesos formativos posteriores. 

A lo largo del mundo en diversos países se han formulado estrategias para asegurar la continua formación de los estudiantes. En general, podría decirse que a la fecha ellas, aunque bien intencionadas, han sido discontinuas y con efectividad no probada, en especial por la persistencia del virus y los sucesivos rebrotes que se han dado.  

En Estados Unidos el presidente Biden ha propuesto cinco estrategias nacionales para apoyar la toma de decisiones locales estatales, tribales o locales, basadas en criterios científicos y con la regla básica de tener en cuenta la seguridad de estudiantes y educadores (https://joebiden.com/school-reopening/):  

1Controlar el virus. Uso y provisión de mascarillas a todos en las escuelas, distanciamiento social, testeo y seguimiento, protección a poblaciones en riesgo y apoyo a pequeños negocios con los recursos para que puedan abrir.  

2.  Establecer pautas de seguridad nacional y empoderar la toma de decisiones locales. Pautas que se asociarán al nivel de riesgo y grado de propagación viral en cada comunidad; las áreas con altos niveles de COVID -19 no deben ser obligadas a reabrir escuelas en contra del juicio de los expertos locales (científicos, asociaciones de pediatras, de maestros y otros).  

3Proporcionar fondos de emergencia para las escuelas públicas y proveedores de cuidado infantil. Son necesarios para el regreso seguro a la educación presencial US $30 mil millones, más otros  US $4 mil millones  para la actualización tecnológica y ampliación del ancho de banda para Internet. Se duplicará el número de psicólogos, consejeros escolares, enfermeras, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud para asegura la salud mental de todos.  

4Garantizar un aprendizaje de alta calidad durante la pandemia COVID-19. Se pondrá el énfasis en estudiantes con discapacidades y en los que no tienen acceso a tecnologías específicas, tales como amplio ancho de banda y dispositivos digitales.  

5Cerrar la brecha de equidad educativa de COVID-19. Se identificarán soluciones a las brechas en el aprendizaje, la salud mental, el bienestar social y emocional y las disparidades raciales y socioeconómicas sistémicas en la educación que la pandemia ha exacerbado. El presidente Biden ha fijado la meta de que se puedan abrir los grados  K – 8 (prescolar a octavo) en los primeros 100 días de su gobierno. (https://rb.gy/b0bedc).  

En el Reino Unido se ha expedido un conjunto amplio de guías, orientaciones y regulaciones.  La lista extensa comprende entre otras: Orientación sobre lo que los maestros y directivos escolares necesitan saber y qué hacer durante la pandemia del coronavirus; Guía para una apertura total; Guía para padres y cuidadores de infantes; Guía para la educación especial; Guía para la educación superior y testeo masivo asintomático en escuelas y universidades; Cambios en las regulaciones sobre admisiones; Cualificación de los maestros. Estas, y otras más, con actualizaciones a enero de 2021 asociadas al rebrote epidémico reciente, el lector las puede consultar en detalle aquí: https://rb.gy/xh8fyy.  

Algunos países han incorporado horarios escalonados para eliminar el hacinamiento como ha sido la asistencia de los alumnos y clases virtuales en días alternos; también se ha implementado el uso de burbujas protectoras en los pupitres (como se ha hecho en Dinamarca y Japón). Otros países requieren pruebas de coronavirus; en Alemania se aplican cada cuatro días, estrategia muy difícil de generalizar porque las pruebas son caras y no están disponibles en muchísimos lugares en número suficiente.  En otros Estados, como Singapur y Japón, se recomienda que el control de la temperatura se haga en el hogar antes de salir para la escuela. Noruega ha priorizado la asistencia presencial de los niños cuyos padres trabajan. Alemania prioriza estudiantes avanzados en la medida en que las estrategias de desinfección son más fáciles de aplicar y porque ellos entienden mejor la lógica de los protocolos de bioseguridad. También se ha ensayado la prohibición de la entrada de padres y otras personas a las instalaciones físicas de las escuelas y el acceso y egreso de los alumnos por varias puertas, asunto que no es viable en muchas instituciones educativas que tienen un solo acceso debido a la construcción misma, a razones de seguridad o a costos adicionales. (https://rb.gy/j3tvve). 

En Dinamarca y Finlandia han empezado la reapertura con los más pequeños, así ha ocurrido con parte de la educación prescolar privada en Colombia. En los dos primeros países se escalonó el ingreso de los alumnos. En Dinamarca el tamaño promedio de la clase es de 20 alumnos la cual es dividida, para el acceso escalonado, en tres, los alumnos son separados en mesas individuales con separación de dos metros, hay lavado obligatorio de manos cada dos horas, todo material educativo es desinfectado dos veces al día, además de que se instalaron lavamanos y sanitarios adicionales; cuando uno de los padres no trabaja se recomienda mantener al niño en la casa; ante los rebrotes, la escuela se prepara para una educación remota súbita; el gobierno  asegura la disponibilidad de dispositivos electrónicos y de conectividad cuando las escuelas están cerradas. Se ha tomado la oportunidad para que los maestros evalúen las experiencias y los modos de adaptación al aprendizaje remoto. (https://rb.gy/7ohmoo).  

El efecto de las medidas que se puedan tomar no es lineal, ni igual en diversos contextos. Entre más largo sea  el cierre mayor serán los efectos negativos sobre el desarrollo de los escolares. Las diversas estrategias utilizadas carecen todavía de evidencia fuerte y sostenida sobre la limitación de la propagación de la infección. La evidencia en el mundo indica que el criterio más importante, más no único, para la reapertura de las escuelas es una línea de base baja en la comunidad de infección con el coronavirus.  

Escuelas cerradas significa que tendremos un severo efecto de retraso escolar, aumento de la pobreza, del hambre, del maltrato y abandono infantil y de las desigualdades sociales. Son y serán previsibles los efectos de retrocesos en las habilidades esenciales de socialización, lectura y matemáticas, así como los negativos efectos en el desarrollo físico, cognitivo y emocional general. Se sabe que en los períodos  de vacaciones muchos alumnos pierden conocimientos esenciales, entre un 50 y un 70%. Algunos investigadores sostienen que el efecto del cierre por el coronavirus y la educación remota será aún más desastroso. (https://rb.gy/r04f8j).  

Para los maestros las estrategias evitarán doblar el tiempo de su jornada y carga laboral con los alumnos que atenderán en las instituciones educativas y los que se cubran de manera remota.  Dado que los maestros han sido afectados en su salud física y mental y que también los alumnos han vivido la estresante situación causada por el coronavirus, es necesario definir y aplicar también protocolos de «psicoseguridad» (véase https://rb.gy/zl0mv5), así como la atención oportuna a diversos problemas de salud física que puedan surgir. 

Al llegar las vacunas será evidente que los maestros deberán tener prioridad más alta de la ya definida, la cual para ellos y los alumnos mayores de 16 años debe ser obligatoria.  

Bien se ha reconocido que, en última instancia, el criterio más determinante para la reapertura de la educación presencial será la capacidad que se tenga para efectivamente impedir la propagación de la infección y asegurar plenamente la salud de maestros, alumnos y demás miembros de las comunidades educativas.