29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Estamos ganando terreno en protección de datos?

Ese tema de la protección de la privacidad nos tiene hasta la coronilla. Los bancos, las empresas de telefonía, las arrendadoras, los supermercados, todas las empresas se dedicaron a recoger datos de nosotros, y luego los usan como les da la gana y según sus intereses: nos rastrean, nos escuchan, nos perfilan, y luego, como por arte de magia, se aparecen con publicidad no solicitada, o simple y llanamente manipulan nuestras preferencias sobre la base de siniestros estudios de comportamiento.

Pues bien, Nelson Remolina (foto), exsuperintendente delegado de protección de datos, le dio entrevista a Juan Carlos Moncada (foto) para hablar de tecnologías de protección de datos

En la introducción de un podcast que se está volviendo muy taquillero, comentaron sobre la cantidad de regulaciones de datos por todo el mundo, y la avalancha de multas en Europa contra Amazon, Facebook y Whatsapp.

Hablaron de la próxima desaparición de las cookies, que es la tecnología con la que nos rastrean; y de Apple, que sorprendió con la noticia de dando permitir a los dueños de iPhone no ser rastreados por Apps.

Pero lo que más sorprendió fue la conversación alrededor de la tecnología para la privacidad que viene emergiendo:

– Plataformas privacyOps que ayudan a las personas a ejercer sus derechos de privacidad frente a empresas; y le ayudan a las empresas a gestionar privacidad en tiempo real, automatizadamente, centralizadamente. Hoy en día se le demoran a uno meses para contestar una petición. O hay que meter tutela.

– Differential privacy, que alude al uso de algoritmos en bases de datos y permite identificar patrones, pero sin identificar al titular de los datos. El observador no sabe si la información de un individuo en particular se usó en un cálculo, lo que se aplica en censos, estadísticas, telemetría, consultas de anunciantes. 

– Cifrado homomórfico: el operador de los datos opera con ellos, aunque estén cifrados, lo que interesa en la práctica a la investigación médica y al análisis predictivo.

– Datos sintéticos: generados en simulaciones por computador, apoyadas en algoritmos. Permiten la anonimización de datos y, por tanto, la confidencialidad de aspectos particulares de las personas. Se supone que protege la privacidad y confianza de los datos auténticos, lo que se usa para investigación de fraudes, investigación científica y machine learning

– Botones de exclusión o dispositivos opt/in opt/out, que es una herramienta que ayuda a los usuarios a aceptar o rechazar de entrada el procesamiento de sus datos. Puede pensarse que ya la tenemos, bajo la forma de “dar de baja” o cosa por el estilo; pero los usuarios no tienen frecuentemente mecanismos accesibles para permitirle optar por no participar con sus datos, o impedir que se vendan o incluso que se recopilen los datos.

– Salas blancas, búnkeres de datos o clean rooms, que permiten mayor gobernanza de los datos por sus dueños: una de las partes no puede ver los datos de la otra; o bien se reúnen y se usan datos sin exponer identidades, lo que tiene usos en marketing, segmentaciones e investigaciones médicas. 

¿Estamos ganando terreno en protección de datos? Juzguen ustedes en este excelente podcast.

La entrevista de Juan Carlos Moncada con Nelson Remolina.