28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Espíritu contradictorio

carlos alberto

Por Carlos Alberto Ospina M.

La asistencia social populista producto de las presiones de distintos sectores, poco a poco, se convierte en un pozo sin fondo y en la ruina del erario. Vicios, hábitos y malas prácticas surgen de una política equivocada. Básico, las finanzas y el gasto público tienen un límite determinado por el recaudo o el endeudamiento. Durante los días de pandemia todo mundo pide y nadie queda satisfecho.

Acostumbrados a sacar la ponchera para recibir beneficios y lograr exenciones tributarias, la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, en cabeza de su presidente, Jaime Alberto Cabal, intentó maquillar el abuso de varias “Grandes Superficies” que subieron los precios de los artículos antes del “Día sin IVA”.

Qué forma tan infame de contraprestación de ciertos agremiados que están recibiendo el auxilio de nómina, la reducción temporal de los aportes a pensiones, los créditos blandos con sus respectivas garantías del 90% en cabeza del Estado y en particular, el ajuste a la Ley 2010 de 2019 de Crecimiento Económico en cuanto a los topes y a las modalidades de compra el “Día sin IVA”.

En el marco de la Emergencia Económica, el Gobierno permite las ventas en locales comerciales físicos y tiendas virtuales, a pesar de que la norma original decreta la “entrega del bien en persona al comprador el mismo día”. Otras gabelas con el objetivo de reactivar la economía y que, diversos mayoristas, en lugar de devolver los favores, abusan de las clientelas, son:

La Unidad de Valor Tributario, UVT, contemplada en la Ley 2010 de 2019 para el Vestuario y complementarios pasó de $356.000 a $712.140 hoy 19 de junio de 2020. También se aumentaron los rangos para los electrodomésticos, computadores y equipos de comunicaciones de igual o menor a $2.848.560, los cuales en la regla fija aparecen en 40 UVT; es decir, $1.424.000. Para los útiles escolares el tope pasó de $107.000 a $178.035.

Pretender inclinar la balanza a favor de unos negociantes y en contravía del fin buscado, es un acto repudiable y especulador. La situación de vulnerabilidad de ese sector de la economía transfigura el concepto de apoyo por parte de la administración de turno. ¡Mientras más tienen, más desean!

Lejos de cualquier lucha de clases, discriminación o menosprecio, cuántos observamos la profunda contradicción entre los escenarios de desventura y la dotación interna de las frágiles viviendas con la última tecnología en electrodomésticos. Los bienes suntuarios no remplazan las necesidades básicas de sustento ni ayudan a mejorar la existencia. Muchos individuos prefieren empeñar la olla a presión y la nevera con tal de conseguir el altavoz inalámbrico o el celular de más reciente modelo. Medios alternativos, legales e ilegales, confluyen en la compra de elementos innecesarios.

Sinnúmero de sujetos son expertos en demandar auxilios, hablan del sistema de explotación, fustigan a los sectores dominantes y exigen sin límites mejores condiciones de vida. Nada de lo anterior es bueno ni malo por sí mismo. “Otra cosa es con guitarra” al momento de evaluar las incoherencias y al abuso de las prerrogativas que brinda la asistencia social.

Quienes residen en los niveles 5 y 6 saben con toda seguridad que más del 43% de la factura de los servicios públicos corresponde a subsidios y contribuciones para los estratos 1, 2 y 3. Los decretos 517 y 580 del 4 y 15 de abril de 2020, respectivamente, instalan un alivio económico a las familias más vulnerables “en el pago de los servicios públicos domiciliarios” a través de un aporte adicional en esta época de emergencia sanitaria debido a la Covid19. En tiempos de solidaridad colectiva es loable la iniciativa del Gobierno Nacional; de manera diferente, se concibe el derroche y la inconsciencia de infinidad de personas que, en vez de ahorrar agua y luz, malgastan los recursos sin medida.

Varios marginados salen a protestar contra el imperfecto régimen democrático impulsados por delincuentes, malhechores, aliados de la mafia, secuestradores, narcotraficantes, gestores de las sanguinarias cárceles del pueblo, asesinos y violadores de menores que, vociferan sus incongruencias, desde el Congreso de la República. La mayoría de la gente humilde recibe más de 12 subsidios mensuales, salud y educación gratis, y merecida atención en los planes de ordenamiento urbano y rural. Para consumir mercancías no esenciales, algunos venden los pañales y los suplementos alimenticios que, mes a mes, les suministra el régimen subsidiado.

La actitud inmoderada a gastar en lo que no se necesita mostrará en los próximos meses el impacto social. Saldrán a las calles a protestar, porqué se “están muriendo de hambre”; en cambio, sintonizarán “La Casa de papel” en su Led de 60 pulgadas.

Enfoque crítico –pie de página. ¡Ojalá! El día sin IVA no nos cuesta la vida de miles de colombianos. La pobreza de espíritu y la banalidad llevan a rebuscar la gratificación en los objetos.