28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Epístola a Luis

Por Misael Cadavid

La política es lo único que transforma una sociedad. La política es la única esperanza que tiene la gente de salir adelante”. Luis Pérez Gutiérrez 

Colombia es un país profundamente polarizado. 

La política polarizada se ha convertido en nuestro país en una suerte de “entretenimiento cómico”. 

Indudablemente este concepto monolítico se ha convertido en paisajismo, a tal punto que se ha transformado en los últimos años en el común denominador para describir la dinámica electoral nacional. En alguna medida, el fenómeno es inherente al ejercicio de la política, ero en tiempos recientes se ha intensificado a tal punto que el país hoy parece fraccionado en mitades por cuestiones ideológicas. 

Esa herida, que aún no se ha podido cerrar, empezó a gestarse hace lustros, atizada por las inequidades sociales y por unos líderes insensatos que usufructúan estas situaciones con el único propósito de consolidar sus proyectos políticos basados en odio, rencillas, miedos y desesperanzas. 

Cansados de la polarización entre los extremos, los ciudadanos y algunas figuras políticas de centro se han dedicado a consolidarse como ajenos al debate entre los conocidos actores nacionales de esta novela dantesca. Se han dedicado a hablar más de política que de políticos y no meterse en peleas o señalamientos personales. 

El Centro Nacional de Consultoría ha comenzado con la tarea de modelar cuál será el efecto de la polarización y de la radicalización del debate en las próximas elecciones presidenciales y dicho estudio infaustamente arroja que triunfará el candidato que logre radicalizar a un alto porcentaje de sus adeptos. Es decir, la polarización podría volver a ser un factor determinante, pero dicho estudio afirma también que los candidatos de izquierda suman el 31% de la intención de voto, los de centro el 42%, y los de derecha el 27%.  

A simple vista se podría entonces afirmar que el centro es hoy la corriente con mejores posibilidades de llegar al poder y es aquí en este escenario en donde se proyecta una gran figura de la política nacional, Luis Pérez Gutiérrez, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, un hombre de ideas que ha transformado la sociedad. 

Su secreto de éxito en la actividad política y gubernativa está en “reinventar el estado”, redimensionar la democracia y las actitudes políticas: diversificar las formas gobierno, mediante formas efectivas de control, así como no desatar las pasiones humanas, sino controlarlas. En ello ha radicado el secreto de su buen gobierno cuya impronta ha sido el mejoramiento de las condiciones de vida de las clases sociales menos favorecidas. 

Su trasegar ha sido con base en la política pragmática, política que se basa en la razón, que “no es la antítesis de la emoción”. Siempre le apuesta decida y convincentemente a la micropolítica, y a la política eficiente, que da resultados tangibles y mejora la vida de la ciudadanía. Tiene como filosofía de vida una política que se desarrolla en un ambiente creativo, de innovación y visón a largo plazo donde direcciona y lidera a muchos profesionales trabajando con, pero no para, los políticos y motivándolos a que puedan desarrollar iniciativas propias basadas en su experiencia y conocimiento experto. 

Su carrera, y su vida misma, han tenido como base ideologías firmes, que surgen del afán de ayudar a quienes más lo necesitan y del análisis de sus distintas realidades sociales. 

Su liderazgo ha sido capaz de ver más allá que el ciudadano de a pie, de ver lo imperceptible para los demás. Por eso muchos dicen que quien es capaz de ver lo invisible es capaz de lograr lo imposible. Líder y visionario deberían ser sinónimos, como él mismo lo expresa. 

Necesitamos servidores públicos triunfadores por el bien común, exitosos en el manejo de los recursos, victoriosos en lo colectivo y hábiles en la lucha contra la inequidad y la corrupción. El Estado debe plantearse grandes desafíos para crecer en la misma proporción, debe ser capaz de abarcar todos los sectores a los que hay que fortalecer para engrandecer a cada uno de los habitantes del territorio nacional. 

No vacilo en decir que Luis Pérez ha luchado toda su vida por hacer una política desde el amor, el respeto y la verdad. 

El ejercicio político le ha permitido comprender que hay que incentivar la descentralización del poder para que el Estado haga presencia en todos los rincones del país y ponga los ojos en los campesinos, las vías de acceso, la educación, la salud, la vivienda, el espacio público, la seguridad ciudadana, el medio ambiente, la lucha contra la corrupción y la inequidad, el arte y la cultura. 

Es así como, con personas de noble y altruista talante lograremos engrandecer nuestro país y darles dignidad a todos los colombianos. Es hora de seguir construyendo juntos oportunidades para el progreso y crear un futuro lleno de esperanza para nuestros niños; que podamos brindarles la garantía de todos sus derechos para que crezcan siendo ciudadanos con honor, llenos de amor por su patria. 

Siempre que haya liderazgo, una cualidad escasa o inexistente en estos convulsos momentos, podremos proyectarnos a un futuro lleno de oportunidades y basado en la educación para atomizar de una vez por todas el círculo vicioso de la pobreza. No será fácil. 

Hoy asumo la voz de miles y miles de ciudadanos con el propósito de postularlo oficialmente como una figura importante a la próxima contienda presidencial  

Luís Pérez no es un hombre, es una causa.