La suerte de Colombia este año depende mucho de cómo les vaya a Trump y a Maduro.
Por Mauricio Vargas
El Tiempo.
Para bien, y también para mal, la suerte de Colombia está ligada a la de Estados Unidos y Venezuela, las dos naciones por cuya situación más nos debemos interesar y –en la coyuntura actual– preocupar los colombianos. La patria del Tío Sam no solo sigue siendo la primera potencia mundial, sino que ha significado el destino de, en promedio, un tercio de las exportaciones criollas en los años recientes. Si la economía estadounidense marcha bien, nos conviene, y si va mal, nos perjudica. Y, aunque por momentos esa cercanía no sea tan benéfica, EE. UU. es nuestro principal aliado político. En casi todos los campos, lo que ocurre allá se refleja acá.
Lo mismo pasa con Venezuela. A mediados de 2008, antes de que el chavismo destrozara su economía, nuestro vecino oriental representaba el destino del 15 % de las exportaciones colombianas. Ahora valen menos del 2 % del total de las ventas del país al exterior. Que la suerte de Venezuela nos afecta no requiere más demostración que la llegada a Colombia, entre mediados del 2017 y fines del 2018, de más de 800.000 inmigrantes que huyen de la tragedia económica, social, política y de violencia que tiene atrapado al país petrolero, un dramático flujo que de seguro continuará en 2019.(Lea la columna).
Más historias
Altavoz cerró con 140 citas de negocios
El nuevo rumbo del Encuentro de Occidente
Así anunció el alcalde Fico su carta a la DEA y al FBI sobre el tarimazo de Petro