19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Entonces, ¿qué es la paz total? 

Hortensia Castro

Por Hortensia Castro 

Redacción/EL HERALDO DE URABA 

La Paz no solo se da cuando se silencian las armas, no solo es poner de acuerdo a bandidos, delincuentes, asesinos, sicarios de todas las pelambres, con ‘los buenos’, bando en el que creemos estar todos los demás. No. La Paz puede empezar a vislumbrarse cuando en lo recóndito de las comunidades más empobrecidas no haya hambre y las necesidades básicas estén, al menos, en vía de solución. 

La Paz total, es posible si el gobierno tiene el suficiente manejo de la situación con inversión social y con los acercamientos a los grupos armados irregulares, pero acercamientos y acuerdos que deben ser serios, justos, inflexibles, el presidente no debe ‘pensar con el deseo’ o con suposiciones de lo que piensen los contrarios y además se requiere de la voluntad de esos ‘contrarios’ para dejar las acciones delictivas, lógicamente a cambio de ‘algo’, que inclusive puede ser un ‘algo’ muy costoso. 

La característica del actual gobierno nacional de Colombia es la improvisación, tener que ‘recular’ constantemente después de ordenar alguna acción de corte dramáticamente popular, que al enfrentarse a la realidad, debe devolverse, suspender los efectos jurídicos, dar miles de explicaciones y al final quedar peor que al principio porque se va deteriorando la credibilidad del gobernante y el conglomerado nacional queda pasmado, a la expectativa, en el remolino de las dudas y el estupor. 

Los ejemplos son claros y abundantes, entre ellos lo que ocurre en el ICBF, entidad que está prácticamente acéfala, con director encargado y por otra parte, sigue lo referente a los cambios en las condiciones de los contratos por prestación de servicios, que además afecta al mismo ICBF que requiere de más de seis mil funcionarios que deben ser contratados por este sistema para evitar que queden niños y jóvenes en la desatención. 

Las nuevas formas de contratación para evitar los contratos por órdenes de prestación de servicios, deben tomarse un tiempo de transición no inferior a un año, tiempo en el que se deben establecer las políticas laborales y de salarios para diseñar las formas de los nuevos contratos. 

En esto sí que se presenta una problemática muy aguda porque una cosa dice el grupo de ministros y entidades relacionadas con el tema que desde el pasado mes de noviembre de 2022, dejó sentadas unas bases que recientemente desconoció la dirección de la Función Pública que prácticamente ordenó que en plazo de cuatro meses se debían producir los cambios, algo totalmente problemático para los alcaldes, gobernadores y directivos de entidades como el ejemplo del ICBF.   

Para rematar el gobierno nacional tuvo que suspender los efectos jurídicos del decreto de cese al fuego porque quedó plenamente demostrado que el presidente pensó con el deseo, supuso que los demás actores estaban de acuerdo y pasó un chasco al ser desmentido por el ELN que dijo públicamente que ese paso de cese al fuego por seis meses, no había sido acordado con ellos. 

Le tocó al gobierno suspender los efectos jurídicos, en vez de derogar, el decreto de cese al fuego con el fin de dar tiempo para verificar en la mesa de diálogos, las condiciones de los protocolos y mientras tanto la orden del gobierno es que las fuerzas militares y de Policía mantengan la ofensiva. Craso error que deja a las claras que el presidente no consulta o está mal asesorado. 

Entonces, ¿será posible la Paz total? O Colombia seguirá a la espera de un hecho que cada vez más se convierte en espejismo y en razón para infinidad de dudas no solo porque de ahora en adelante, cuando se emitan avances en los diálogos, no habrá credibilidad y menos cuando se sabe que los acuerdos deberán estar basados en contraprestaciones que pueden resultar muy costosas para el país.