El jefe del Legislativo venezolano, reconocido como presidente interino por más de 50 países, muestra prudencia ante la mediación de Noruega: «Tenemos que evaluar todas las opciones».
Por Francesco Manetto
El País de Madrid
El martes se cumplen seis meses desde el día en que Juan Guaidó (La Guaira, 1983) se juramentara como presidente interino de Venezuela durante una multitudinaria movilización.
Desde entonces, el jefe del Legislativo ha tratado de mantener el pulso con Nicolás Maduro para lograr su renuncia. Lo hizo en la calle y buscando una ruptura del estamento militar. A pesar de miles de deserciones y el apoyo de más de 50 países, encabezados por Estados Unidos, el mandatario chavista se mantiene en el poder.
Hace dos semanas se reactivó el intento del diálogo. Las conversaciones entre Gobierno y oposición que se celebran en Barbados, bajo el auspicio de Noruega, exploran la posibilidad de una solución negociada. En pleno impasse, Guaidó intenta reavivar las expectativas de sus seguidores con unas giras regionales. El dirigente de Voluntad Popular, el mismo partido de Leopoldo López, atiende a EL PAÍS en Margarita, la isla que un tiempo fue epicentro del turismo en el Caribe y hoy es otro símbolo del deterioro de Venezuela. (Lea la entrevista).
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