28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

En España gana la verdad

Descripción: escritor

Por Darío Ruiz Gómez 

Sin lugar a explicación alguna sobre la contundente derrota electoral en España del Partido  Socialista y de sus socios de extrema izquierda lo que de inmediato ha entrado en desuso es un lenguaje político “progre”,  al cual Pedro Sánchez y sus socios y socias siempre recurrieron como si esos denuestos “antifascistas”, bastaran por sí solos para confundir a una ciudadanía ahogada por la creciente carestía de los alimentos, de los alquileres, de la mala Salud Pública y sobre todo de darse cuenta de cómo una pandilla de holgazanas (es) parapetados(as) en frases de cajón trataban de destruir toda idea de nobleza en la juventud, trataban  de destruir el núcleo familiar imponiendo con su ideología bastarda el hecho de que defender las ratas es más importante que defender del hambre y la miseria a las mujeres de las clases trabajadoras, a las mujeres cabeza de familia, a los ancianos(as), a los niños abandonados.

En esta farsa de supuesta liberación sexual se llegó a límites de imperdonable bajeza, tal como lo puso de presente la puesta en libertad de más de 190 violadores, gracias a la Ley del “Sí es sí” que llegó a considerar que un niño(a) podía hacer el amor con un adulto si daba su consentimiento –Irene Montero dixit-.

Decir “Izquierda Progresista”  tal como lo proclamó  Sánchez no se convirtió en el enunciado del comienzo de la tarea de dotar de nuevos contenidos la vida social sino, fíjense ustedes en la paradoja, en  disfrazarse en Agrupaciones políticas oportunistas cuya ineficiencia en lograr sus objetivos ha sido más que manifiesta y solamente estuvieron respaldadas  por esa fraseología a la cual está recurriendo Sánchez de nuevo: “El peligro que supone para España la extrema Derecha y la Derecha fascista”. Como si todos los Partido de Derechas en Europa fueran tenebrosamente fascistas y que ponen en peligro el progreso económico y las libertades y no colectividades históricas que nacieron con la Democracia bajo el juego de Partidos y como si Sánchez y los intransigentes de Podemos estuvieran ahora situados por su calenturienta imaginación en el Frente Antifascista del “Madrid no caerá” del Frente Popular Comunista y no en un país de la Unión Europea.

Iglesias, Irene Montero, Ion Belarra, Garzón, Zapatero y los mediocres socialistas son los cenicientos representantes de lo que hoy podemos llamar la “España de pandereta”.

Ya que ante esta derrota del totalitarismo la pregunta es necesaria: ¿A qué mujeres han podido representar estas estrambóticas dirigentes? Bajo abstracciones populistas, emocionalistas que desconocen en la praxis lo que significan hoy las regiones, el problema de las crisis urbanas, de la desatención al campo, la práctica de la política pasó a convertirse en una pasarela de ambiciosos impostores(as), de claro origen popular convertidos en ofensivos nuevos ricos.

Es pues esta impostura la que ha sido derrotada por el ciudadano y la ciudadana común de una España real que ahora mismo bajo la crisis económica está tratando de que el sueldo le alcance hasta el fin de mes, esa España dejada a un lado que aún canta en las verbenas, el ser humano a quien la dura experiencia de la realidad le ha permitido vivir- al contrario de esta izquierda Cuqui- desde la lógica aplastante de lo que se llama el sentido común. Y que bajo este sentido común acaba de aplastar lo que supone la mentira, el simulacro, ese sofisma idiota que mentirosamente nos ha dividido entre “progresistas” y reaccionarios. Porque en todo caso reaccionario es quien reacciona, no quien acepta lo que se le impone.

Podemos, así como la CUP, hace tiempo están actuando “bolivarianamente” en Colombia, caso de la Alcaldía de Quintero, caso flagrante de la Primera Línea en Bogotá. De la pretendida consolidación del Eje Podemos-Zapatero, Maduro, Petro, las Farc, el ELN nos acabamos de escapar gracias al sentido común de las gentes de bien.