19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

En Caldas, el alcalde sin alcaldía

@GobAntioquia @CaldasAlcaldia @Areametropol

Se observa con preocupación la situación de la Alcaldía de Caldas.

La anterior administración, la de Carlos Durán, será recodada no solo por su ineficiencia y por haber ocupado el último puesto de reconocimiento entre los alcaldes del Area Metropolitana, con apenas el 27% de aprobación, sino por haber demolido la Casa Consistorial que data de 1850 y que para los caldeños era un patrimonio histórico y cultural donde funcionó desde los años 40 la Administración Municipal.

Muchos clamaron que la Casa Consistorial fuera integrada al nuevo proyecto, pero Carlos Durán prefirió demolerla con la visión de un modernismo que nadie, aparte de él y el contratista, lo entendió.

Es así como nació el proyecto de la construcción del Centro Administrativo y de Gobierno del Municipio de Caldas, CAM, y hasta ahí por doloroso o equivocado que haya sido, se soporta.

Sin embargo, la realidad que se vive del referido CAM es que después de diez meses de adjudicado el contrato, a hoy solo existe un potrero con un par de pilas levantadas y nada más. Y el alcalde Mauricio Cano Carmona (foto) ni se inmuta.

Con este ritmo de avance de obra se van a pasar varias administraciones antes de la primera inauguración.

La obra está financia por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y se adjudicó por un poco más de $20 mil millones mediante proceso de Selección Abreviada de menor cuantía No. 016 de 2019 al consorcio Nuevo Centro 2019 después de que fue declarada desierta la licitación 015 de 2018.

El problema es para la actual administración del alcalde Mauricio Cano, quien junto con el Concejo y otras dependencias están funcionando en la escuela Joaquín Aristizábal. Un viejo establecimiento educativo con cerca de 900 estudiantes matriculados. (foto Caldas).

Ahora viene el problema, una cosa era antes del Covid-19 y otra ahora. Puede ser que la actual administración siga funcionando acinada e incómoda en un lugar que no se diseñó para este tipo de tareas y otra que ahora deba seguir funcionando, pero cumpliendo con las estrictas medidas de bioseguridad y aislamiento impuestas por la pandemia, y quien conoce la escuelita sabe que esto no es posible.

Siendo ya un problema el funcionamiento de la administración en estas condiciones, es claro que se va a complicar cuando regresen dentro de poco las niñas y los niños de la Joaquín Aristizábal.

Sangre y sudor y muchos recursos económicos le ha costado al país proteger la salud de la población y ahora no es el momento para bajar la guardia.

Se debe proteger la vida de todos, en especial la de los niños.