24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Elucubraciones: Salas de audiencia en medios de comunicación

Por Eduardo Aristizábal Peláez 

No voy a dictar sentencia, porque como abogado, no soy juez y como periodista, no debo fungir como juez. Pero como observador, analista y periodista que trabajo para la comunidad, sí tengo no solo el derecho, sino el deber de hacer público mi pensamiento sobre sobre un malhadado vicio, que desde hace ya algunos años, viene haciendo carrera en el país, a través de los medios de comunicación y es la indebida utilización de estos, por parte de conocidos profesionales del derecho, para propalar información falsa en materia de procesos judiciales, con el único fin de crear el desconcierto y hacer creer a lectores, oyente y televidentes, que los operadores de justicia siempre son los equivocados o amañan sus decisiones. 

Un sinnúmero de abogados litigantes, representantes de grandes empresarios y políticos colombianos, aprovechando el desconocimiento de los periodistas en materia jurisprudencial, constitucional y legal, trasladan sus teorías del caso, alegatos de apertura o de conclusión a los medios de comunicación, lógicamente sin ninguna oposición, con discursos amañados o confusos y terminan prácticamente absolviendo mediáticamente a sus poderdantes. Estos si es justicia show. 

Estas maliciosas actuaciones tienen un fin obvio y sencillo de entender. Presionar a los operadores de justicia y especialmente, en casos que los fallos no les sean favorables, iniciar el ya conocido estribillo de repetir que la justicia en Colombia es amañada y persecutora, no sancionadora. Y lo lamentable y preocupante es que este vicio ya se metió al deporte. 

Los manejadores del Atlético Nacional, empresa que hace parte de la organización Ardila Lulla, han decidido darle la espalda a la jurisdicción deportiva, decidieron recurrir a la justicia ordinaria y contrataron como su representante para el litigo deportivo, que tiene con el Cortuluá, al político y ex fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez Neira, abogado y economista de la Universidad Javeriana, militante fundador de Cambio Radical. 

En los primeros días de su actividad profesional, el apoderado del Nacional se ha dado un suculento manjar a través de los canales de radio y televisión de la organización Ardila Lulla, aprovechando lógicamente que está jugando de local y es quien pone las condiciones. 

Gravísimo que, en nuestro país, ya pasemos de hablar, de duplas escalonadas en la cancha, como las denominada Antonio Julio de la Hoz, a hablar de parejas de medios y profesionales del derecho. 

No discuto la teoría del doctor Martínez Neira: la jurisdicción ordinaria por encima de la deportiva, condeno la actitud de Nacional de desconocer la reglamentación deportiva que hace años acogió libremente, pero insisto en el vulgar abuso que hacen los apoderados, de los medios de comunicación y este vulgar contubernio de medio de comunicación y un profesional del derecho.