28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Elucubraciones: Saber interpretar

Por Eduardo Aristizábal Peláez

Para un periodista no es fácil interpretar las decisiones jurídicas, motivo por el cual debe ceñirse estrictamente al texto y tener la preocupación de consultar permanentemente a los operadores de justicia el significado de los documentos que caen en sus manos o la información directa que reciben.

Lo anterior para poder transmitir una información verdadera y clara a sus lectores, oyente o televidentes y no solamente cumplir con su obligación, sino también de ganarse la confianza de su habitual clientela.

El año anterior, el diario El Tiempo en su edición digital, título: Acceso carnal con menor de 14 años, ya no es delito.

Se refería, pero muy mal titulado, a una casación en la cual la Corte Suprema de Justicia había concluido que el condenado aunque había tenido relaciones con menor de 14 años, la presunta agredida, había consentido, llevaba ya varios meses compartiendo lecho con el que realmente era su novio, la familia ya había aceptado esa situación y  reconocían la situación,  prácticamente como un matrimonio de hecho. La Corte dictó sentencia pero en ese caso específico y  concreto y al titulador le dio por generalizar.

Lamentable que esto suceda en la Gran Prensa, que tiene poder económico para contratar buenos correctores, asesores, consultores. ¿Será que desgraciadamente el negocio está superando al periodismo? ¡Qué horror!

Leemos, vemos y escuchamos periodistas que amañan las normas a sus criterios personales sin ningún conocimiento de los más elementales principios de la hermenéutica jurídica, entendida como método de interpretación.

Lleva ésta situación a que a través de los medios de comunicación se informe o se comente erróneamente temas  jurídicos de interés general y muchas veces en forma equivocada e injustamente se critican las actuaciones de los Jueces de la República y Operadores de Justicia, en general

Lo anterior sucede porque ni los periodistas en forma particular, ni los medios de comunicación se interesan en capacitación en éstos temas. Tampoco lo hacen los gremios.

Y lo más grave es que esos errores se cometen permanentemente en importantes empresas de comunicación en radio, televisión y prensa y los responsables de la administración poco se preocupan en subsanar esa delicada situación.