
Por: Adriana M. Cardona López
Dicen los que saben que Colombia no tiene representación válida; que un llamado a la acción, sería convocar a los partidos Políticos tradicionales que aún se tiene la esperanza de poseer militantes que no han violado sus deberes sociales y morales y así retomar las banderas del País para enaltecer una democracia que no fue perfecta; pero que hoy esta permeabilizada por la insensatez y la falta de dominio de las emociones, lleva el País por un camino de ideologías que han fracasado.
Debemos cuidar cada movimiento de ese ser y ayudarle a recuperar su alma. No podemos seguir permitiendo un gobierno que se burle de los ciudadanos; que utiliza sus herramientas (dinero) como meta y esto se presta para que algunas Entidades del Estado desconfiguren sus deberes y conviertan la independencia de poderes en un caos.
Y como las abejas terminan buscando la miel en el panal equivocado. El silencio no es la opción; los problemas sociales y morales no podemos seguir escondiéndolos.
La incoherencia para gobernar, con un discurso de manipulación y netamente mercantilista, impulsa a caminar de la mano de una justicia para sugerirle que sea firme con su toga; que su pluma sea sinónimo de serenidad, prudencia y justicia.
La falacia “paz total” acuñada sin las bases solidadas suficientes conduce a los peligros sociales y que sus yerros atrapan la razón y ocultan la verdad. Y que se observa que no hay un compromiso verdadero, ni voluntad y sí que menos representación.
Esta Sociedad necesita despojarse de la tiranía y vivir sin miedo. Ni recurriendo a la historia, a las grandes religiones y la santidad, podríamos cambiar la mente de ellos. Y como diría la canción de “tuna” el cariño verdadero ni se compra ni se vende.
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