28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El poder de la palabra: La reducción de riesgos es cuidado de la vida

Luis Fernando Suarez

@LuisFSuarezV @GobAntioquia 

Por Luis Fernando Suárez Vélez  

Secretario de Seguridad y Derechos Humanos 

Aunque ya no ocupa espacio en los noticieros, avanza con determinación la atención de las afectaciones por el desbordamiento de la quebrada La Agudelo en El Retiro, que se presentó como consecuencia de las fuertes lluvias y que inundó buena parte del municipio y afectó las vías de acceso. Allí, con la declaratoria de calamidad pública y el trabajo del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres, se atiende la situación y se busca que no se repitan escenas como las vividas, que por fortuna no dejaron pérdidas humanas. 

Tuve la ocasión de acompañar a esta comunidad, como lo hemos hecho en Dabeiba, Briceño, Giraldo, Ituango y otras poblaciones en las que la temporada de lluvias ha generado emergencias significativas. En todas ellas ha sido fundamental el trabajo en unidad, la coordinación de las autoridades locales y la población con las autoridades departamentales y los organismos de socorro. Hemos sumado capacidades y concertado actividades para superar el momento de emergencia, pero claramente nos falta mucho trabajo y muchos esfuerzos en materia de prevención y buenas prácticas para evitar que los riesgos se materialicen. 

En El Retiro hablamos de afectaciones en 138 inmuebles, la mayoría viviendas, en distintos sectores como El Pino, Martín Pescador, Macedonia, Cantaleta y La Fe. En todos ellos se mantiene, además de las tareas de recuperación, el monitoreo y la coordinación interinstitucional, para evitar sorpresas como las de la madrugada del miércoles pasado. Pero es indispensable el compromiso de las comunidades, quienes habitan cerca de las laderas o de los afluentes, son quienes mejor conocen sus condiciones y pueden advertir sus cambios, además, son los primeros responsables de su protección y cuidado. 

Sí, aunque suene demasiado obvio, hay que decir que reducir los riesgos es cuidar y proteger la vida. Y cada vez debe ser mayor nuestro empeño en esa dirección, como lo propuso el gobernador Aníbal Gaviria con la declaratoria de emergencia climática y la definición de acciones concretas para revertir los daños sobre el planeta que habitamos, para proteger nuestro entorno. 

En eso no hay esfuerzos pequeños, todo suma y todo aporta. Lo mismo los comportamientos individuales y cotidianos que las grandes campañas. Por eso hacemos llamados constantes e invitaciones puntuales para ayudar a mejorar prácticas y conservar el planeta, proteger la biodiversidad y garantizar condiciones dignas de vida para todos. 

Así, por ejemplo, se promueve la conformación de Consejos Regionales de Gestión del Riesgo de Desastres, como el que avanza en su materialización justamente con todos los municipios que hacen parte de la jurisdicción de Cornare, 23 del Oriente antioqueño, 2 del Nordeste y 1 del Magdalena Medio. Ellos acudieron al llamado del Dagran porque entendieron que UNIDOS es más fácil y que es más fácil proteger la vida que lamentar pérdidas. 

Es la primera experiencia en el país que se pone en marcha precisamente para coordinar y articular acciones que permitan encaminar los esfuerzos a reducir las condiciones de riesgo y por esa vía proteger la vida de los habitantes, no de un municipio, sino de una subregión completa. Un ejemplo que debería ser replicado en otras zonas del departamento, porque las amenazas no conocen de fronteras. Por ejemplo, las cuencas sobrepasan los límites municipales, incluso los departamentales, lo mismo que el efecto de las avenidas torrenciales, los deslizamientos y las inundaciones. 

Si se trabaja como región, desde la unidad, los esfuerzos serán mejor dirigidos y la protección de la vida más efectiva. Esta experiencia piloto en el Oriente, involucra acciones de respuesta, planeación, atención y prevención, así como de fortalecimiento de la capacidad instalada. Y aumentar capacidades es disminuir riesgos, reducir la probabilidad de que las amenazas se materialicen, proteger la vida. Ojalá el ejemplo cunda.