16 octubre, 2025

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El Papagayo y el Cóndor: La epopeya provinciana de Gardeazábal

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 Por Luis Fernando Gil Monsalve*

Gardeazábal, a punto de cumplir los 80 años es, hoy por hoy, el escritor colombiano con una obra más compacta y perdurable.  Su prosa, aunque desarreglada, tiene ritmo y destila cadencia. Sus denuncias, directas o metafóricas, han calado hondamente en un país donde ya no enseñan historia.  Convencido o equivocado de que las epopeyas también pueden narrarse brevemente, ha escrito la historia colombiana que no nos contaron.  Desde Cóndores no entierran todos los días hasta El Papagayo tocaba violín. Desde Dabeiba hasta El Bazar de los idiotas. Desde El Titiritero hasta Los sordos ya no hablan, Gardeazábal ha hecho denuncia. Ha repasado la historia colombiana vista, sentida, sufrida y narrada desde la provincia. Y lo ha hecho con valentía y con ojo avizor. Su Biblioteca Gardeazábal, que ya va a completar 12 títulos, es la mejor expresión del peso específico que tiene en la literatura colombiana. Si con Cóndores se ganó un nicho en la iconografía nacional, con El Papagayo se abre campo para ser el gran novelista de Antioquia. No es ni la continuación de Isaacs con sus novelas de tiempos y espacios vallecaucanos:  Tampoco es el capítulo siguiente de Carrasquilla en la novela antioqueña. Pero tanto los pájaros del Cóndor como los mineros de la vega del Porce son Colombia. Son la provincia que la literatura bogotana no había redimido. Genaro, el suicida de la orilla del río que separa Amalfi de Guadalupe, es la leyenda de la arriería. Es el retrato de las borracheras semanales. Es la descripción perfecta del temperamento paisa, entre la iglesia prohibitiva y el goce pagano. Gertrudis Potes es el símbolo femenino de la resistencia en un país machista. Curiosa pero muy significativa manera de cerrar una obra completa de 50 años. Un legado tan sólido y tan representativo que cabe en las plumas del Cóndor aguerrido y en las coloreadas del Papagayo parlanchín. Al fin de cuentas es el mensaje eterno de lo que hemos sido los colombianos para quienes seguirán leyéndolo en el futuro.

*Historiador Universidad de Antioquia, Gestor Cultural