Mientras esperamos la llegada del Niño Jesús, nos enteramos de la muerte de Guacho, que en criterio de quien escribe, parece ser una película de fantasía para ayudar a aumentar la popularidad del Presidente Duque, que tan despiadado criminal como lo han pintado los medios de comunicación.
Pero bueno, ese no es el centro del debate, puesto que lo que quería hacer era una definición acerca de esta locura de país que es Colombia.
Si, a esa Colombia que está sumida en la corrupción y la tiranía de aquellos que manejan los hilos conductores de nuestra nación, aquellos que son capaces de poner fiscales a dedo para que puedan proteger sus intereses personales.
Esa Colombia en la que se mueren niños de hambre y desnutrición en sus fronteras pero se ocupa más de territorios vecinos, porque es más fácil mirar a los demás cuando nos estamos desangrando por dentro de cuenta de los corruptos y el egoísmo de nuestros dirigentes. (Lea la columna).
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