19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El ocultamiento de la verdad creó y agravó la pandemia del COVID -19

Por Enrique E. Batista J., Ph. D.

https://paideianueva.blogspot.com/

Se ha hecho claro que el virus piso haberse detenido en su origen antes de extenderse de manera calamitosa por todo el mundo.

Ahora  se sabe que el COVID – 19 estaba fuera de China antes de que en muchos países se reconociera la infección. En efecto, en países de Europa y en sitios como California y Nueva York hubo decesos por ese virus tan temprano como febrero de este año. Importó más mantener  la imagen internacional del país de origen de la pandemia que las vidas, la salud física y emocional, la pérdida de la productividad y de millones de empleos en el mundo. Importó más esconder la verdad, ocultar la información veraz y oportuna que el mejor estar de los ciudadanos en todo el mundo y que la recesión e inflación desbordada que se aproximan. Hemos sido los ciudadanos del mundo victimizados sin piedad por la desinformación, por el ocultamiento de la verdad a la que en medio de la ciudadanía global reclamamos como derecho.

China, el país más poblado del mundo, originador de la pandemia, ha presentado información que las fuentes especializadas no comparten. Informa ese país, a la fecha de escribir este artículo, mayo 1° de 2020, de 83.909 contagios y sólo 4.637 muertes; a ese país le correspondería así una de las cifras más baja de infecciones por millón de habitantes 58, contra 5197 en España, 3431 en Italia, 3432 en Suiza, 3358 en Estados Unidos, 2614 en el Reino Unido, 1514 en Panamá  y 1493 en Ecuador. (Véanse datos actualizados, por país y día a día, en la página de la John Hopkins University https://coronavirus.jhu.edu/map.html y en https://www.worldometers.info/coronavirus/). También informa China de una sospechosa baja cifra de muertes (4.637) que autoridades de salud  en otras latitudes han calculado en al menos 40.000; a la vez que también se sostiene que para una cifra real  ese cifra se debe multiplicar por un valor entere 15 y 40.

En el ocultamiento a la  exacta realidad que llevó a esta pandemia han concurrido varios gobiernos y la Organización Mundial de la Salud en cabeza de su director.

Desde principios de 2018 la embajada Americana en China informó a su gobierno advirtiendo sobre los  riesgos por los niveles inadecuados de seguridad del laboratorio en Wuhan en donde se realizaban estudios con coronavirus en murciélagos. Asunto que ha sido destacado con amplitud por la prensa de ese país (https://rb.gy/6co7vmhttps://rb.gy/ae7bwz). Se ha informado que al surgir la expansión del coronavirus se destruyeron en China las muestras del virus y se borraron distintos tipos de evidencias. A la fecha no se han hecho públicos los contenidos de esos cables; en los últimos días de abril  de 2020 el Washington Post hizo  petición legal al gobierno para que le entregara copia de ellos.

El brote pandémico se inició en Wuhan la novena ciudad china con  más de 8.300.00 habitantes. El origen del virus reconoce China que se dio  en los “mercados húmedos”. Ahí se expenden animales vivos en condiciones de alto estrés para ellos y bajos niveles de salubridad. Además de especies marinas se venden gallinas, pavos, serpientes, pangolines, puerco espines, perros, gatos, murciélagos y zorros, entre otros. Bien se ha señalado que animales con altos niveles de estrés tienen un sistema inmune debilitado y, por lo tanto, adquieren la potencia de adquirir y transmitir virus de las más diversas clases. (https://rb.gy/6co7vm).

A finales de enero de 2020 Peter Navarro, uno de los asesores del presidente Trump, le anunció el alto riesgo que corrían los ciudadanos  quienes estarían indefensos  ante la carencia de cura o vacuna. “La falta de protección eleva el riego de que el coronavirus evolucione hacia una pandemia abierta poniendo en peligro la vida de  millones de estadounidenses”.  En su concepto “tanto como 1.2 millones de almas se podían perder por el coronavirus.” ( https://rb.gy/9areix) . El gobierno no prestó atención a los cables de sus embajada en China ni al asesor que previó las desastrosas consecuencias que hoy se viven. El presidente Trump ha dicho que nunca vio el memo que escribió el asesor Navarro.

La Organización Mundial de la Salud  – OMS se fundó en 1948 como un organismo de las Naciones Unidas. Hoy agrupa a 194 países. Tiene como misión central la promoción de la salud pública en todo el mundo. Ha sido exitosa en el combate de muchas enfermedades (por ejemplo, viruela y poliomielitis) que han plagado a la humanidad. Su labor esencial hay que seguir respaldándola.

Aparte de la acusación del presidente Trump a la OMS sobre encubrimiento y severo mal manejo de la crisis, cuya motivación  puede ser la de alejar la atención de  sus propios errores u omisiones como presidente en el manejo  de la pandemia, la OMS está hoy bajo severo escrutinio más allá de los ambientes políticos estatales. Su rol en la pandemia ha sido criticado. De manera abierta en el New Post se le ha señalado como co – conspirador con China en el ocultamiento de la verdad.  (https://rb.gy/u9atsi). Está hoy, en cabeza de su director, a la defensiva  tratando de demostrar que no incurrió en encubrimiento, aunque la evidencia parece mostrar algo diferente.

A los funcionarios de  esta organización no les fue permitido visitar a la China sino el 10 de febrero de 2020  cuando ya había más de 40.000 casos confirmados en ese país.

Antes de esa fecha la OMS repetía la información que emitía el gobierno chino, ignorando advertencias desde Taiwán  para que se declarara la pandemia sosteniendo, a finales de febrero, que no había razones para hacerlo. Si se hubiese declarado más rápido se habría implantado en el resto del mundo la restricción a la movilización internacional de pasajeros; al no hacerlo se impidió que otros países hubiesen tomado medidas preventivas y de cautela a tiempo, salvando muchas vidas y evitando el conjunto inmenso de daños colaterales que ha causado en el mundo

Se ignoró en China la advertencia del doctor Li Wenliang quien en diciembre 30 de 2019  previno sobre el brote de un enfermedad parecida al síndrome respiratorio agudo – SARS.  Li Wenliang fue  arrestado y acusado de falsedad y de disrupción del orden público con la advertencia de que harían lo mismo  con todos aquellos que circulasen falsedades y rumores sobre el virus.  Este doctor, de 33 años, quien con su advertencia quiso salvar muchas vidas en el mundo murió, con cruel paradoja, afectado por el coronavirus el 7 de febrero de 2020.

El presidente de la OMS, Tedros Adhanom, a quien se enrostra el fuerte y necesario respaldo de la China para llegar a ese puesto, ha sido citado varias veces   en sus alabanzas en foros internacionales al gobierno de ese país en frases elogiosas como la “especial apreciación por el compromisos desde más alto líderes y de la transparencia que han demostrado”. (https://rb.gy/j1taqshttps://rb.gy/ttlsi3).

A mediados de enero de 2020 ya se sabía que el virus era trasmitido entre humanos. Dos semana después el director  de la OMS, tras visita a China, señaló que las autoridades de ese país estaban fijando altos estándares para el control del brote de virus; además, destacó la apertura del gobierno para compartir información. Se seguía así circulando información imprecisa que evitaba que se tomarán medidas urgentes para evitar lo que hoy vivimos todos en el mundo. (https://rb.gy/edtp1x).

Afirmó el director de la OMS, contrario a la evidencia que: “las investigaciones preliminares  realizada por las autoridades chinas no han encontrado evidencia de transmisión de humanos a humanos del nuevo coronavirus”. En paralelo, como si fuesen comunicaciones sincronizadas, el mismo día la Comisión de Salud Pública de Wuhan comunicó que: “No hemos encontrado prueba de transmisión humanos a humanos”. Ello se decía no obstante que por separado las autoridades chinas reconocían que esa transmisión no se podía excluir, aunque el riego de trasmisión sostenida era bajo. (https://rb.gy/smvptf).

Todavía a finales de enero de 2020 siguió insistiendo el director de la OMS, que: “China ha tomado medidas apropiadas para contener la diseminación del virus en Wuhan y otras ciudades… por el momento la OMS no recomienda ninguna restricción más amplia sobre viajes y comercio.” La misión de la OMS, en cabeza de su director, era en ese momento otra: advertir de los riesgos reales del virus y tomar las acciones que le competen como organismo mundial de la ONU. (https://rb.gy/muyoxj).

En ese momento, como se indicó, el virus ya viajaba en primera clase en aviones y en las lujosas suites de los trasatlánticos, cruzando libremente fronteras de los países y de los continentes, llevando su carga de muerte y desolación a Europa, continente que se convirtió en un núcleo irradiador (un hub) del mortal virus que circulaba en el mundo infectando y matando a gente mucho antes de que se anunciara su mortal presencia. Europa sirvió de escala a para inundar con el virus a países  de las Américas y  de África. En estos países los primeros infectados vinieron de allá y no directamente de China, país que no detuvo a tiempo sus vuelos internacionales.

En entrevista a la BBC el 30 de abril de 2020 el embajador de China ante el Reino Unido declaró que en la pandemia “China se considera una víctima”. Los “mercados húmedos” se han vuelto a abrir. La OMS ha señalado que no tiene fuerza legal para ordenar su cierre. Algunos países como Australia han requerido al grupo de países del G20 para que se tomen las acciones sobre esos mercados porque son un riego para la bioseguridad y la salud humana en todo el mundo.

Lección aprendida: La Organización Mundial de Salud, que merece el respaldo de todos, debe por la vía de acuerdos, consensos o por resolución de la ONU adquirir poder para intervenir de manera más directa en la prevención de catástrofes pandémicas como la actual.

Tenemos derecho en este mundo estrecho a defender nuestras vidas, economías, empleos y patrimonio económico y cultural con información precisa, la que reclamamos en ejercicio de nuestra ciudadanía global. Se pudieron salvar muchas vidas, evitar mucho daño psicológico, muchos enfermos, muchos empleos, efecto negativos en las economías y en la violación de derechos humanos como los de la vida y la salud.