18 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida: Aguila o pato

Por Luis Carlos Correa Restrepo (foto)

Me disponía a tomar un taxi, cuando un taxista se me acercó. Lo primero que noté fue un taxi limpio y brillante.

El chofer bien vestido, camisa blanca, corbata y pantalones bien planchados. El taxista salió y me abrió la puerta y me dijo:

«Yo soy Willy, soy su chofer. Mientras guardo su maleta me gustaría que lea en este cartón cuál es mi misión».  Leí la tarjeta:

Misión de Willy, llevar a mis clientes a su destino final de la manera más rápida, segura y económica, brindándole un ambiente amigable».

Quedé impactado. El interior del taxi estaba igual de limpio.

Willy me dijo: «¿Le gustaría un café?». Bromeando le dije prefiero un refresco. – No hay problema. «Tengo una hielera con refresco regular y dietético, agua y jugos». También me dijo: «Si desea algo para leer, tengo el periódico de hoy y revistas». Al comenzar el viaje Willy me dijo: «Estas son las estaciones de radio y la lista de canciones que tocan, si quiere escuchar la radio». Y como si esto fuera poco me preguntó si el ,aire acondicionado estaba bien.

Luego me avisó cuál sería la mejor ruta a mi destino y me preguntó si estaría contento de conversar con él o si prefería que no me interrumpiera en mis meditaciones.

Le pregunté: ¿»Siempre has atendido a tus clientes así?». «No, no siempre. Solamente los dos últimos años. Mis primeros años me la pasé quejándome la mayor parte del tiempo, igual que los demás taxistas».

Un día escuché a un doctor especialista en desarrollo personal.

Escribió un libro llamado «Lo que tú eres hace la diferencia”. Decía: Si tú te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás. Deja de quejarte. Sé diferente «No seas un pato. Sé un águila». Los patos solo hacen ruido y se quejan, las águilas se elevan por encima del grupo. Yo estaba todo el tiempo haciendo ruido y quejándome, entonces decidí cambiar mi actitud, y ser un ÁGUILA. Miré otros taxistas y sus taxis. Y los taxistas poco amigables y los clientes descontentos. Decidí hacer unos cambios, cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios. Mi primer año de ÁGUILA dupliqué mis ingresos y este año los cuadrupliqué.

«USTED TUVO SUERTE DE ABORDAR MI TAXI HOY.  Mis clientes hacen reservaciones a través del celular o dejan mensajes. Si yo no puedo, consigo un amigo taxista Águila, confiable, para que haga el servicio».

Willy era maravilloso, hacía el servicio de una limusina en un taxi normal. Willy decidió dejar de hacer ruido y quejarse como los patos y volar por encima del grupo como las ÁGUILAS. No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, si eres maestro, o servidor público, político, ejecutivo, empleado, o profesional. Lo importante no es lo que haces sino cómo lo haces, «eso hace la diferencia».

«¿TE DEDICAS A HACER RUIDO O A VOLAR?».