29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida

Por Luis Carlos Correa Restrepo

A MI MADRE MARTHA RESTREPO URIBE DE CORREA

Me diste vida, educación… me diste todo lo que necesitaba en compañía de mi papá. Ahora al cabo de los casi 95 años te fuiste, estabas cansada y con toda la razón. Nos dejaste solos con nuestras familias para que sigamos el ejemplo que nos diste y para que cada uno desarrolle su propia familia, críe sus hijos, sus nietos y bisnietos.

Qué soledad en la que nos quedamos, qué tristeza llegar a la casa a devastarla, me acuerdo de la canción Las Acacias «Ya no vive nadie en ella, a la orilla del camino silenciosa está la casa, se diría que sus puertas se cerraron para siempre, se cerraron para siempre sus ventanas. Todo ha muerto los que fueron la alegría y el calor de aquella casa se marcharon unos muertos y otros vivos que tenían muerta el alma».

Como decía llegamos a repartir todo, a ver que le toca a cada uno; pero lo que a mí me toca me produce nostalgia, me produce una tristeza profunda que me lleva a querer solo un recuerdo, siento que quedé huérfano y una desazón como si no supiera que hacer. No me hallo en ninguna parte.

En este momento es cuando uno se da cuenta de quienes son los verdaderos amigos, y en qué grado consideran la amistad, quienes solo lo hacen por cumplir y quienes lo hacen porque verdaderamente sienten la partida de tu ser querido.

Entonces busca tu camino, apóyate en lo tuyo, en tu señora, tus hijos, nietos amigos y en tus hermanos. Vive la vida y disfrútala verdaderamente, es muy corta y puede ser muy ingrata… cuando tienes algo lindo, algo bueno muchas veces te lo quita, entonces te caes, pero levántate inmediatamente, le das gracias a la vida y continuas adelante. No hay nada más que hacer, porque si no lo haces así le estas dejando mal ejemplo a tus seres queridos. Nunca bajes las manos, el día que lo hagas estarás vencido y estarás perdido.