El Oasis de la vida

Por Luis Carlos Correa Restrepo 

REUNIÓN DE LOS SENTIMIENTOS Y CUALIDADES DE LOS HOMBRES 

Cuentan que una vez se reunieron los sentimientos y las cualidades de los hombres. Cuando el aburrimiento había bostezado 3 veces, la locura les propuso, oigan vamos a jugar a las escondidas, la intriga levantó la ceja y la curiosidad sin poder contenerse preguntó… ¿escondidas?  

El entusiasmo danzó, seguido de la euforia, la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a duda y a la apatía que no se interesaba por nada, uno, dos y tres, comenzó a contar la locura.  

La primera en esconderse fue la pereza que como siempre se cayó en la misma piedra del camino, la fe subió al cielo, y la envidia se escondía detrás de las sombras del triunfo, que por propio esfuerzo había conseguido subir a la copa del árbol más alto, la generosidad casi no consigue esconderse, porque cada lugar que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos, si un lago cristalino, ideal para la belleza, si era la copa del árbol, perfecta para la timidez, si era una ráfaga de viento, magnífico para la libertad. Así que terminó escondiéndose en un rayo del sol. El egoísmo en un lugar bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero sólo para él. La mentira se escondió detrás del arco iris y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes, cuando la locura terminaba de contar, el amor todavía no había encontrado lugar para esconderse, pues todos estaban ya ocupados hasta que encontró un rosal, y cariñosamente decidió esconderse entre sus flores.  

Concluyó la locura y comenzó a buscar, la primera en aparecer fue la prisa, apenas a tres pasos de una piedra, sintió venir a la pasión, el deseo y los volcanes, en un descuido encontró la envidia y claro pudo definir dónde estaba el triunfo, al egoísmo no tuvo que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite que de verdad era un nido de avispas, de tanto andar sintió sed y se acercó a un lago y descubrió la belleza, la duda fue más fácil de encontrar, estaba sentada sola en un cerro sin decidir donde esconderse, así fue encontrando a todos, al talento entre la hierba fresca, a la angustia en una cueva oscura, pero el amor no aparecía por ninguna parte, la locura lo buscó  detrás de cada árbol, debajo de cada roca del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba a punto de darse por vencida encontró un rosal y comenzó a buscar entre sus ramas entonces escuchó un grito de dolor, había herido al amor en los ojos, la locura no sabía qué hacer para disculparse, lloró, rezó, imploró, pidió perdón y prometió ser su guía para siempre.  

Es por eso que, desde entonces, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña. 

Extraído de WhatsApp                          

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