23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida

Por Luis Carlos Correa Restrepo

LOS ESPECIALES

Desde pequeños nos han dicho que somos una generación especial.

Que somos la generación del cambio. Pero explíqueme eso cómo es posible… si somos la generación que más se queja. Somos la generación que menos ha sufrido. Somos la generación que menos ha tenido que hacer, y aun así…. Aun así somos la generación que más recibe. Somos los que solo pueden calentar comida si es en el microondas. Dejamos de contar las metas cumplidas y comenzamos a contar las series de Netflix que nos hemos terminado. Ya no tenemos que conquistar, únicamente tenemos que deslizarnos hacia la derecha. Somos los del «ay me imponen estándares de belleza como si ser saludable fuera algo malo. Somos una generación que su mayor problema es la baja señal del wifi. La generación que está acabando con la belleza y la perfección femenina. Y que cree que ser hombre trabajador, disciplinado, y masculino es tóxico.

La generación que cree que abrazando árboles va a salvar al planeta.

La generación que… la generación que salva pollitos… pero aborta bebés.

En el caso de Colombia nuestros padres se despertaban con bombas, y se iban a dormir con disparos. ¿Y a vos… a vos te ofende un meme? La generación a la que lo único que se le ha pedido para salvar el mundo es no salir de la casa.

La generación del «Mami me pusieron una mala nota, ven por favor a quejarte».

La generación de hombres con cejas despobladas, pantalones ajustados, que no estarían dispuestos a portar el camuflado para defender a su propia Nación y a su familia. A fin de cuentas. Somos la generación que pide más derechos…Y menos responsabilidades.

«Especiales» eso no tiene nada de especial. Porque especial es el que se despierta  a la 4.30 de la mañana para proveerle a sus hijos.

Porque sabe que ellos y su futuro dependen de él, no del gobierno.

Es la madre que hace lo posible y lo imposible para cuidar de los mismos.

Es el niño de 7 años que actúa como hombre y defiende a la hermana de 6.

Es el que mira al profesor y le dice, «profesor no estoy de acuerdo con lo que Ud opina». Es el policía que recibe un disparo para que el ciudadano esté a salvo. Es el bombero que se mete al fuego, es el médico, el profesional de la salud que ha estado dándole guerra al Covid todo este tiempo. Es el soldado que pierde una pierna, pierde su brazo, pierde incluso su propia vida para que yo «Don importante» pueda quejarme de lo muy difícil que es el mundo, lo injusto que es el sistema conmigo, desde la comodidad de mi casa.