29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida

Por Luis Carlos Correa Restrepo

CONVERTIRSE EN NADIE
Mauricio Correa

Es triste y, a veces, desalentador ver la degradación de nuestra sociedad y nuestros valores, de nuestra humanidad. Vivimos en una sociedad donde ser normal no es suficiente, donde todos debemos ser «especiales». Desde pequeños, todos los adultos que nos rodeaban querían que fuéramos o hiciéramos lo que ellos, la mayoría de las veces, no pudieron ser o hacer. Querían que fuéramos mejores, famosos, ricos, exitosos, más inteligentes o algún otro sabor de ser «especial». Y si ellos no lograron este objetivo por completo, nosotros si lo logramos creyendo toda esta información errónea y permitiendo que nos influenciara en quiénes somos.

La mayoría de nosotros crecimos en una sociedad basada en héroes, superestrellas y egocentrismo, donde ser normal se percibe como débil, tímido (sumiso) y “tonto”. Crecimos imitando a estos héroes, deseando tener superpoderes y deseando poder hacer lo que otros no podían. Es una sociedad obsesionada con la vida de los “ricos y famosos”, idea que los medios de comunicación nos arrojan continuamente en la cara, incluyendo estrellas de cine, deportistas y personas de negocios exitosas. Y finalmente, es una sociedad basada en una educación egocéntrica donde estamos en el centro del universo y donde nosotros, como individuos, somos cada vez más importantes a medida que pasa el tiempo, añadiendo más leña al fuego.

Durante nuestros años más importantes y vulnerables de aprendizaje y desarrollo de una personalidad sólida, estuvimos expuestos a todas estas influencias, lo que nos hizo desarrollar un sentido de carencia, de no ser suficientemente buenos. Al no tener la orientación y la educación adecuadas durante esos años, algunos de nosotros percibimos todas estas influencias e información como importantes, y creamos una ilusión de importancia para compensar con nuestra propia sensación de insuficientes. En otras palabras, algunos de nosotros fuimos criados pensando que éramos especiales y lo creímos. El hecho es que la clave para vivir una vida significativa es aprender a distinguir entre nuestra percepción subjetiva y la realidad objetiva.

Cuando percibimos la vida como una carrera contra todos y todo, cuando vivimos todo el tiempo comparándonos con los demás, cuando actuamos para forzar una imagen deseada de nosotros mismos en los demás, y cuando todo lo que nos rodea nos vende una imagen de importancia, lo más probable es que el producto sea este sentido de importancia, de ser especial. Esta distorsión en nuestra percepción solo nos ciega más y nos ata a una realidad ilusoria que está lejos de ser real.

La verdad es que simplemente perdimos la perspectiva de la realidad y no nos damos cuenta. En un universo de alrededor de 93 mil millones de años luz de diámetro y con 10 cuatrillones de planetas y estrellas (1025, un 1 seguido de 25 ceros), cualquiera de nosotros que piense que somos algo grande es simplemente una idea absurda. En realidad, si mañana no usted o el planeta sino todo nuestro sistema solar desapareciera, el resto del universo ni siquiera lo notaría o lo extrañaría. ¡Así de insignificantes somos! Entonces, que algunas personas piensen que son especiales, o tienen delirio de grandeza, no solo es ridículo sino también completamente absurdo, independientemente de lo inteligentes, famosos, ricos, conocedores, etc. que sean.

Es entonces cuando nos convertimos en nadie, cuando reconocemos nuestra poca importancia, que se convierte en uno de los pasos más importantes que podemos dar para liberarnos de las garras del egocentrismo y la grandeza, los cuales son los principales responsables de muchas de las dificultades de la vida. Esta percepción de grandeza, de ser especial, solo puede ser contraproducente para el resto de la humanidad y para el planeta. Esta es la causa de muchos de los problemas que estamos experimentando hoy como humanos, como raza y como planeta.

Mientras todos corren para ser alguien, nosotros tenemos que correr para ser nadie. Mientras todos intentan impresionar a los demás con su inteligencia, belleza, conocimiento, riqueza, habilidades, etc., nosotros tenemos que tratar de ser cero. Mientras todos acumulan cada vez más cosas materiales, nosotros tenemos que acumular nada. Mientras todos reconocen su importancia, nosotros tenemos que reconocer nuestra insignificancia. Y mientras todos trabajan para ser especiales, nosotros tenemos que trabajar para convertirnos en el vacío. La verdad es que todo lo que necesitamos es suficiente para sobrevivir cómodamente, lo que eso signifique para ti, para que podamos dedicar el resto de nuestros esfuerzos a convertirnos en nadie. Solo en ese momento, las puertas a nuestro máximo potencial como seres humanos estarán disponibles.

Los beneficios de ser nadie son muchos. Ser nadie nos permite experimentar y apreciar verdaderamente la profundidad de esta vida, lo sublime… la divinidad; nos libera de las presiones y expectativas irracionales de un mundo incierto; nos da la humildad para darnos cuenta de que son nuestras luchas y nuestro carácter los que nos definen, y no nuestros deseos; nos libera de las garras de la materialidad y el egocentrismo, dándonos la oportunidad de explorar y buscar nuestro verdadero significado y potencial; y nos permite ver la realidad en su verdadera forma dándonos la oportunidad de hacer lo que podamos para darle forma en lo que desearíamos que fuera.

¡No somos nadie, lo aceptes o no! Tu idea de superioridad, grandeza o de ser especial es tu propia idea, tu propia creación. ¡No somos dueños de nada y tampoco se nos debe nada! Somos menos que una partícula de polvo en comparación con la inmensidad del universo. Cuanto antes te dés cuenta de esto, cuanto antes podrás hacer algo al respecto. Y hay mucho que puedes hacer para mejorar este mundo. No será fácil, pero precisamente por eso es importante y valioso. Cada uno de nosotros es una parte insignificante de una vasta entidad cósmica, y realmente hay algo hermoso en eso si eliges verlo por lo que es. Solo en este momento, solo cuando abraces la nada, ¡tendrás la oportunidad de convertirte en algo!