28 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida

Por Luis Carlos Correa Restrepo 

LA OTRA CARA DEL COVID 

Quizá los cambios y las recomendaciones tienen una segunda cara, un objetivo adicional en nuestra vida y se puede ver de otra manera: 

Nos piden cuidar ojos, nariz y boca. Para proteger los ojos podemos usar lentes, quizá lo que en realidad necesitamos con esos lentes es ver diferente la vida y valorar lo que tenemos. 

Tal vez proteger nuestra nariz, indique que hay que cuidar lo que respiramos, el olfato está conectado con la memoria, quizá necesitemos resetear un poco esa memoria conectada al olfato para vaciar aquellos recuerdos que ya no nos sirven o nos causan dolor. 

Podría ser que el uso del cubrebocas protege a los demás de lo que hablamos, de aquellos momentos cuando ofendemos con nuestras palabras, cuando maldecimos. Y nos protege a nosotros de lo que comemos. Puede ser que la petición de «Quédate en casa» no solo se refiere a nuestro domicilio, sino al hecho de ESTAR DENTRO DE UNO MISMO, de estar en calma, reflexionando un poco. 

Disfrutando lo que pocas veces tenemos tiempo de disfrutar… a los que viven con uno. 

Se me ocurre que esa idea de lavarse las manos o limpiarlas con alcohol nos dice que cuando tocamos… dejamos huella, que más valdría tocar la vida de las personas con respeto, con higiene, con amor. 

Que la intención de limpiar todo va más allá de » de desinfectar como obsesionado cualquier superficie» nos dice que es un buen momento para limpiarnos y limpiar nuestro entorno de cosas que ya no sirven, de personas que no aportan nada positivo a nuestra vida. 

De limpiar nuestra mente y corazón. Limpiar las suelas de nuestros zapatos lo relaciono más con evaluar dónde hemos estado, que hemos pisado y necesitamos dejar atrás. 

Que la vida no necesariamente se trata de ir abrazando y besando a cuanto ser encontramos en el camino, creo que todos hemos experimentado desagrado, cuando alguien que no es cercano te quiere abrazar y besar para darte un saludo. 

Y cuántas veces dejamos de abrazar y de besar a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros padres. Que en este momento -si están con nosotros- es prudente y diría hasta recomendable hacerlo. 

Quizá la cuarentena nos obligó a poner nuestro ser y nuestros recursos en modo ahorro de energía y eso nos acercó a la simpleza de un amanecer, de un café tomado sin prisa, de la bendición que es respirar y abrir los ojos cada mañana. 

Tal vez es momento de… en lugar de rechazar la realidad aprendamos a aprovechar la realidad. 

Que en este momento el único abrazo que te falte sea el de Dios. 

NO SE TE OLVIDE QUE TENEMOS QUE SALVAR A COLOMBIA. ¡OJO, OJO!  

luischester1@hotmail.com

Si deseas que te escriba sobre un tema especial dímelo.