19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Oasis de la vida

Por Luis Carlos Correa Restrepo 

HISTORIA DE LAS ESTRELLAS DEL MAR

Cada día, cada hora, cada acción, sin importar que tan pequeña, puede hacer una gran diferencia. Todos podemos resolver, o ayudar a resolver los problemas más complejos una buena obra a la vez.

Si todos contribuimos, una buena obra tras otra eventualmente hará una pila. Así es cómo podemos resolver todos los problemas sociales, económicos, ambientales etc., no hay mejor manera de ilustrar esto que con la historia de las estrellas del mar.

Un día, un anciano caminaba a lo largo de una playa llena de miles y miles de estrellas de mar que habían sido arrastradas a la playa por la marea alta. Mientras caminaba, se encontró con un joven que estaba lanzando ansiosamente las estrellas de mar de vuelta al océano, una por una.

Desconcertado el hombre miró al joven y le preguntó qué estaba haciendo. Sin mirar hacia arriba, el joven simplemente respondió: arrojando de regreso estrellas de mar al océano, la marea las ha arrastrado a la playa y no pueden regresar al mar por sí solas, respondió el joven. Cuando el sol caliente, morirán, a menos que las tire de nuevo al agua.

El anciano respondió: pero debe haber decenas de miles de estrellas en esta playa. Me temo que realmente no serás capaz de hacer mucha diferencia. El joven se inclinó, recogió otra estrella y la arrojó lo más lejos que pudo al océano. Luego se voltio, sonrió y dijo: «Hice una gran diferencia con esa».

El hecho es que independientemente de la complejidad del problema, cada uno de nosotros tenemos el poder de hacer la diferencia. Creemos que los problemas complejos requieren soluciones complejas; que este tipo de problemas requiere personas de gran capacidad intelectual, y

que nosotros no somos ellos que no tenemos suficiente poder, dinero o influencia para hacer la diferencia. «Pero en verdad, todo lo que necesitamos es agacharnos, agarrar una estrella de mar y tirarla al mar.

La madre Teresa dijo: «No es lo que hacemos, pero cuánto amor le ponemos a lo que hacemos. No podemos hacer cosas grandes, solo pequeñas con gran amor» Si asumiéramos la responsabilidad de todo y nos diéramos cuenta (si despertáramos y saliéramos de nuestra forma de vivir y pensar cómoda) que todo es una mente, una energía, una conciencia; y que, al hacerle daño a cualquier cosa, nos estamos haciendo daño a nosotros mismos; cada uno de nosotros podría hacer una gran diferencia en el mundo. Pero para eso tendríamos que dejar de trabajar para » el yo y lo mío» y comenzar a trabajar «para Nosotros para lo Nuestro».

No se trata de un dólar más, o el balance final, o simplemente resultados ignorando las consecuencias, no… se trata es de preocuparse, de darnos cuenta que no podemos continuar en la dirección que vamos.

Cada uno de nosotros puede cambiar el mundo, talvez no todos al mismo tiempo, pero una persona, una palabra, un pensamiento, o una obra a la vez.

Es solo cuestión de una simple decisión. Despierta cada mañana y piensa que todo lo que haces hace la diferencia, porque realmente lo HACE.                                                                      

Maurice.