20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El meollo del atentado del ELN

 

Por Luis Alfonso García Carmona (foto)

Exigir la entrega de los refugiados en Cuba y Venezuela y, en caso negativo, proceder a la terminación de unas relaciones diplomáticas que sólo han servido para estimular la subversión.

No obstante los malabares de los amigos del terrorismo para distraer la atención del verdadero significado que tiene el bárbaro atentado del ELN, en esta ocasión la sociedad colombiana no los ha acompañado.

Ha sido fácil para tirios y troyanos entender el contubernio existente entre los grupos armados (ELN, “disidencias” de FARC, etc.) y los populistas de izquierda que, desde los partidos de oposición, los medios infiltrados por el “marxismo cultural” y las universidades postradas ante el mito del bolchevismo, ponen al servicio de sus torvos fines todas las formas de lucha, lícitas e ilícitas.

Han sacado del cubilete en los últimos tiempos el mito de la “polarización” de nuestra población, cuando lo que se evidenció después del vandálico acto, lo que estamos presenciando, es una espontánea manifestación de rechazo a la violencia y a sus autores y cómplices, y una solidaridad incondicional con las autoridades injustamente agredidas.

La tal polarización entre izquierda y derecha no ha  germinado entre nosotros. La máxima votación obtenida por un partido de izquierda fue solo de 2.613.000 votos en 2006 por el candidato del Polo Democrático, Carlos Gaviria. El partido de FARC, después de 50 años de intentar la toma del poder por las armas, tan solo llegó a 50.400 votos en las elecciones para congreso de 2018.Si bien es cierto que el representante del  populismo de izquierda, Gustavo Petro, alcanzó la considerable suma de 8.040.000 votos en la pasada elección presidencial, tal cifra no deja de ser engañosa, pues en la primera vuelta sólo había captado 4.859.000 sufragios. (Lea la columna).