El Jodario: Puro show @eljodario

Por Gustavo Alvarez Gardeazábal (foto)

Con el final de show de la huelga de hambre de Jorge Iván Ospina, episodio más mediático que real, el país ha perdido otra vez la oportunidad de armar una trinchera para exigir la reforma a la justicia que permita desligar el uso político de cortes, tribunales, juzgados, fiscalías y procuradurías. Si Jorge Iván se hubiese quedado en su cambuche de la plazoleta del CAM en Cali haciendo como el Ghandi criollo y las colas para rendirle homenaje se tornaran en interminables y dieran la vuelta al Puente Ortiz, se habría abierto paso la gran protesta nacional para que no se utilice más la herramienta de la justicia y se  obtengan pingues ganancias políticas. Y, como tal, Jorge Iván se habría convertido en el líder la Constituyente que el país necesita y en el alcalde intocable de Cali.

No fue así. Jorge Iván, con la misma frescura conque ejerció la presidencia del Partido Verde, pero hacía campaña por todo el país por Petro, no por Fajardo, que debía ser su candidato, trunchó su propia proyección política, suspendió la huelga  y dio muestras de un muy mal manejo de su imagen. No midió la magnitud de lo que él y su estrechísimo círculo de consejeros se había craneado. No debe haber leído a Ghandi ni parece que aspirara a orientar a Colombia. Ya no es tan probable entonces que vuelva a ser alcalde y Cali corre el riesgo de ser gobernada por un apostador nato, que poco o nada sabe de algo distinto que conseguir muy buenos réditos con su negocio del chance. Y mucho menos probable aún que la Fiscalía revoque su convocatoria a audiencia de acusación o que una tutela la anule y pueda gobernar, (si gana), con tranquilidad. Y ni pensarse que la presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, doña María Elvira Domínguez Lloreda, la directora del diario El País, responda ante sus colegas de América por el uso cruel de sus páginas aupando a la Fiscalía para que atajaran a Jorge Iván.

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