19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Jodario: Las cloacas @eljodario

Por Gustavo Alvarez Gardeazábal (foto)

Aun cuando nos de pena aceptarlo, los dos grandes ríos de Colombia, el Cauca y el Magdalena son unas gigantescas cloacas. La fotografía satelital y los videos que han mostrado por estos días de la acumulación de residuos sólidos de Bocas de Ceniza hacia el occidente, bordeando 18 kilómetros de la costa caribe del departamento del Atlántico, son una comprobación de esa afirmación.

En este país por siglos creímos que lo que se arrojaba a un rio se lo llevaba la naturaleza al mar, donde el agua salada o la profundidad de los océanos lo reciclaría. Con la modernización y la locura de la sociedad de consumo de volver todo desechable, los dos grandes ríos se congestionaron de cuanto chéchere sobra  en las ciudades y campos de Colombia. No han valido las tales ptar donde dizque se regeneran las aguas negras de muchos municipios del país. Menos las campañas para que la ciudadanía no arroje a las alcantarillas esos desechables o, las que no hacen en Cali, donde siguen lanzando lo que les sobra a los gigantescos caños recolectores porque hay una planta, en el Paso del Comercio, donde Emcali filtra y recoge toneladas diarias de desechos que llegan por esas alcantarillas  abiertas.

Pero también por estos días, por fotografía satelital, (donde se ve una gigantesca mancha verde que tapona el rio Cauca de Hidroituango hacia atrás) se ha revelado que el buchón de agua se ha ido acumulando de manera progresiva en kilómetros y kilómetros de las aguas detenidas por la presa antioqueña. Las fotos y videos que publicaron este fin de semana en las redes del ferry atrancado en medio del  acumulado de buchones mientras hace el paso del rio hasta un corregimiento de Peque, es una demostración que, (como en otros ítems del proyecto hidroeléctrico), esta acumulación de buchón tampoco la previeron o creían que recogiéndola con cucharas la podrían sacar a la orilla.

LA QUEBRADONA

Ha tomado cada vez más fuerza en Colombia y en otras partes del mundo la línea de resistencia a las explotaciones mineras. Las batallas que hace décadas se libraban de parte de los entonces perseguidos comunistas por el equilibrio social y económico de los trabajadores, ha sido reemplazada por el continuo guerrear contra la minería. Los enemigos del pueblo no son ahora los capitalistas sino las mineras y petroleras multinacionales que van por todo el mundo dispuestas a seguir abriendo huecos para explotar las bondades de la madre tierra. Los enfrentamientos no se dan en las calles, aunque a veces se realizan movidas manifestaciones. Se dan en los tribunales, en los parlamentos, en los concejos municipales, en los medios de comunicación.

El  pasado martes desde dos tribunas diferentes encontramos dos posiciones enfrentadas en relación a la mina de La Quebradona en Jericó. Desde La República, el gran conciliador de los negocios más importantes de los últimos años en Colombia, José Roberto Arango, hace un rosario de advertencias y situaciones que rodean esta mina que es presentada como de cobre, pero que encontraría su producción en el oro que salga de allí. Advierte de todos (y son muchos) los daños que él cree que causará esta mina en la tierra de la Madre Laura, del carriel y del Padre Nabor. Por otro lado, desde Portafolio, el mandamás de Anglo Gold, Felipe Márquez, habla de las bondades de explotar ecológicamente esa mina abriéndole 4 túneles desde la orilla del Cauca hasta llegar al gran hueco de 4 kilómetros de diámetro donde se hará la explotación a cielo abierto. Antioquia, que tomó la delantera desde la Colonia por su explotaciones mineras, debe ahora decidir si Jericó va por los muchos pesos del oro que los sudafricanos van a sacar de sus entrañas o se queda con las moneditas del turismo y la economía naranja.

@eljodario