24 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Jodario: Las 3 del tintero

 

Por Gustavo Alvarez Gardeazábal (foto)

BUENAVENTURA MALDITA, CARTAGENA EN LA OLLA Y CALI INMOVILIZADA  Y UNA ÑAPA: “EL SUBMUNICIPIO”

1-Buenaventura está maldita. A todos los problemas sociales que le conocemos se agregan ahora el problema de la sedimentación de la bahía, la falta de carga de importación/exportación, la existencia de tres muelles SPRB, Aguadulce y TCbuen, inactivos al 50% ,y el enfrentamiento interno en la Sociedad Portuaria de Buenaventura, el mayor de ellos. Mientras tanto los buques que pasan por el Canal de Panamá no pueden entrar a Buenaventura por falta de fondo y siguen derechito al puerto de aguas profundas del Ecuador y de allá, en barcos más pequeños devuelven la carga a Buenaventura aumentando los costos en 220 dólares por container. Y, para completar la maldición, la carretera de Buga a Buenaventura se está hundiendo a la altura de Calima y se quedó sin terminar  en un buen trayecto.

2.Pero si Buenaventura está maldita, Cartagena está en la olla, no en la de Teresita Román, la mitológica cocinera, sino en la olla pitadora quiebra huesos. Las grabaciones hechas públicas por Vicky Dávila donde se cuenta, al más coloquial estilo cartagenero, los cuadres políticos y económicos de la campaña a la gobernación de Vicentico Blel en boca de su padre, el exsenador del mismo nombre, lleva a pensar no sobre la corrupción que campea estruendosa en la política y la vida económica y administrativa de la ciudad, sino en quién pudo haber grabado al señor Blel en sus confesiones para que se destortillara todo el pastel y tanto el gobernador actual como los candidatos favoritos a gobernación y alcaldía quedaran a punto de morir aplastados no por la justicia, porque no hay hechos cumplidos ni pruebas documentales, sino por la opinión pública avergonzada de su propia dirigencia.

3. Y si Buenaventura y Cartagena hacen agua, Cali ha quedado inmovilizada. El balance no lo dan ni las cifras ni las encuestas. Basta solo con intentar recorrer la ciudad de norte a sur para darse cuenta que la ciudad les quedó grande a quienes la gobiernan o aspiran a ganar las elecciones. Armitage no pudo con la movilidad vehicular (Cali es un solo trancón), ni con la seguridad (15 asesinatos el día del amor y la amistad), ni con el agua (no fue capaz de promover un nuevo acueducto prefiriendo contratar pozos profundos), ni con sus calles (llenas de huecos) ni con su transporte público (el MIO solo da grima e incomodidades). Pero lo peor es que ninguno de la candidatos, ninguno, ha planteado soluciones serias y eficaces a esa problemática.

ÑAPA. Los ordeñadores del erario se las inventan. Ahora están imponiendo una nueva figura que no demorará en hacer carrera a la Constitución Política y volverse moda en Colombia: el submunicipio”. En Tuluá,  15 días antes de posesionarse el alcalde, en 2015, crearon una Agremiación Sindical para prestar servicios generales y de salud al municipio .En 3 años, dice la Contraloría de la República, contrataron 54 mil millones y todos los servicios generales y administrativos pasaron a ser manejados desde Aspressa, como se llama el embeleco, y que por ley está exenta de pagar cualquier impuesto. Obviamente el candidato a suceder al alcalde es quien a nombre de Aspressa y siendo su representante legal firmó todos esos contratos.