19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Jodario: La terquedad @eljodario

 

Por Gustavo Alvarez Gardeazábal (foto)

La terquedad de la dirigencia vallecaucana no tiene límites. Es fruto del capricho y del espíritu feudal que todavía campea en esas tierras. Hace unos días dije aquí que técnica, ecológica y económicamente era un absurdo insistir en construir la carretera de una sola calzada entre Mulaló y Loboguerrero existiendo la posibilidad de hacer la segunda calzada de Mulaló a Mediacanoa para que empate con la vía troncal que lleva de Buga a Buenaventura. Que técnicamente es más recomendable hacer la segunda calzada por terreno abierto que por entre medio de rocas  milenarias. Que ecológicamente la construcción de Mulaló a Loboguerrero le hace un daño tremendo a las pocas fuentes de agua que debe atravesar en una cordillera como la occidental que en esa zona tiene asomos de predesértica. Pero, sobre todo, que económicamente se pueden gastar más kilómetros haciendo el recorrido a Mediacanoa y de allí a Loboguerrero por la troncal pero la velocidad que se puede desarrollar por una doble calzada compensa, con creces, la lentitud y los obstáculos que se generarían en la mitad del kilometraje transitando camiones en la nueva vía pero por una sola calzada.

La ANLA acaba de darnos la razón y ha suspendido por un año los estudios de la licencia ambiental de esa absurda carretera. Pero, por supuesto, la terca dirigencia vallecaucana ha salido a pegar el grito en el cielo, a inundar las páginas de “El País” protestando por la medida pero se queda muda viendo cómo hace 9 meses un hundimiento tremendo de la banca en la carretera a Buenaventura sigue ahí, igualito o aumentando día a día, sin que el gobierno bogotano se mosquee, amenazando dejar a Buenaventura sin comunicación terrestre. Lo simpático es que después preguntan por qué el Valle  no ha dado un presidente desde 1898 cuando eligieron al viejo Sanclemente.

@eljodario

gardeazabal@eljodario.co

FEMINICIDIO

En un país en donde llevamos meses haciendo eco mayúsculo y condenatorio al asesinato de mujeres y convirtiendo el feminicidio en un crimen de lesa humanidad, nadie se ha rasgado las vestiduras ni ninguna de las defensoras habituales del género femenino ha puesto sus senos al aire para resaltar que en el asalto al carro, (presuntamente de la Unidad de Protección), que llevaba  además de Karina García, la candidata liberal a la alcaldía de Suárez, también llevaba y cayeron acribilladas a bala y granadas y después quemadas Blanca Otilia Sierra, madre de la candidata, Aidé Trochez, aspirante al concejo municipal de ese municipio nortecaucano y Lavedis Gómez, líder comunal de la vereda El Manzano.

Esas 4 mujeres no dejan de ser mujeres asesinadas así estuvieran haciendo política. Y como tal su crimen a manos de quien haya sido clama justicia al cielo, como decían los patriarcas de Biblia. Aquí no interesa si el General de la Cuarta Región de la Policía o el Comandante de la III Brigada hubiesen o no tomado las medidas pertinentes en el triángulo de muerte en que se han convertido Buenos Aires y Suárez en el norte del Cauca y Jamundí en el sur del Valle. Menos que pueden interesar las valoraciones hechas sobre la seguridad de los candidatos a las alcaldías de esos municipios, y de otros, situados en las zonas donde salieron las Farc y el estado no fue capaz de copar, dejándoselas a las disidencias o a las bandas armadas de narcos. Aquí lo que debe resaltarse es que el coletazo de la nueva guerra que con tanto ahínco han deseado quienes demeritaron y sabotearon el acuerdo de paz de La Habana, está desnudando la falta de políticas verdaderas para asumir el cacareado postconflicto del que nadie volvió a hablar y volviendo carne de cañón a las mujeres que se atrevan a creer en  la democracia.

facebook.com/gustavoagardeazabal/

gardeazabal@eljodario.co