29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El inolvidable recuerdo que nos deja el gran Javier Henao Hidrón

Javier Henao

La cátedra, las leyes y la política están de luto. 

Al lamentable panorama institucional del Partido Liberal, la otra luctuosa novedad de los últimos días fue el fallecimiento de un liberal de la talla académica, ideológica, como historiador y jurídica de Javier Henao Hidrón. 

La definición o mejor descripción del papel en la tierra de Javier Henao (foto), es que fue un abogado egresado de la U. de A., buen profesor universitario, miembro de la Academia Antioqueña de Historia y de la Sociedad Bolivariana de Historia, exmagistrado del Consejo de Estado, autor de obras de contenido jurídico e histórico, y fue un paisa que residió en Bogotá. 

Muchos alumnos suyos lo recuerdan como profesor de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Unaula, y en su trayectoria como servidor público, entre ellos el abogado y político liberal pensionado Jairo Gallego Berrío, el Marqués de Yolombó. 

El Marqués relata que lo conoció cuando era secretario de Tránsito en Medellín y donde dejó como huella el haber uniformado a los guardas de tránsito de azul, la vestimenta actual. 

También fue su profesor de Derecho Constitucional a finales de los años setenta en su amada Unaula. “Didáctico y pedagogo como el que más, era apasionado de su cátedra donde dejaba ver amplios conocimientos de la historia de Colombia, como escritor dejó varias obras de Derecho y de historia, las que narraba con pasión”, recuerda Gallego B. 

Un detalle de su vida es que era impecable y elegante en su presentación personal, algo vanidoso. 

Fue amigo personal del doctor Carlos Alberto Atehortúa Ríos cuando éste fue Contralor General de Medellín y lo trajeron como conferencista sobre la historia de la Constitución en Colombia.  

Jairo Gallego también lo recuerda como visitante de la agradable zona húmeda de Hotel Nutibara y cuando coincidían con otros amigos se ponían a tertuliar y sobresalía como un ameno y excelente contertulio, hombre de muy buenos modales y a quien agradaba escucharlo. 

Era seguidor incondicional de Fernando González y Gallego cree que fueron amigos, conocedor hasta el cansancio de la vida del escritor envidageño de Otraparte. Una de sus conferencias versaba sobre las cartas a Simón.  

Escribió semblanzas sobre Bolívar, Gaitán y Uribe Uribe. Era un buen literato y refinado en el aprecio a las obras de arte y la música.   

No cabe ninguna duda. A la eternidad partió un gran hombre y un jurista, pero quedará en la mente y en las nuevas páginas de la historia. (Con datos de panoramapolitico.co).