23 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El informe de Auditoría Forense sobre EPM en Hidroituango

Jose Hilario Lopez

Por José Hilario López 

El inefable exgobernador de Antioquia Luis Pérez, en un reciente artículo titulado “Auditoría forense desnuda errores en Hidroituango (1)”, se refiere al informe de auditoría forense a Hidroituango contratado por EPM con McGregor, cuyo texto estoy esperando conocer, cuando EPM me lo entregue en respuesta a mi derecho de petición radicado el pasado 7 de octubre. 

En primer lugar, lo que lo que afirma Luis Pérez en el referido artículo es un refrito de lo que escribió en sus dos libros sobre Hidroituango (HI), publicados en 2018, con argumentos técnicos que han sido ampliamente controvertidos por quienes hemos estudiado a profundidad el caso, recopilados en mi reciente libro “Hidroituango, desafíos y enseñanzas” (Ediciones UNAULA, 2021) y en mi reciente columna de opinión “El responsable del detrimento patrimonial en Hidroituango”(https://jhilariolopez.medium.com/el-responsable-del-detrimento-patrimonial-en-hidroituango-658ad6fdd6c6

A continuación, me referiré a las principales aseveraciones, supuestamente incluidas en el informe de McGregor, que Luis Pérez retoma para seguir con su empeño de acusar a EPM y a sus subcontratistas como responsables del accidente de obra de abril de 2018 y de la contingencia creada por el evento. 

Según ha trascendido a algunos medios, la Auditoria Forense a Hidroituango dictaminó que la contingencia de Hidroituango fue causada, “por errores constructivos fatales de los contratistas, interventores y asesores privados; pero también, por culpas gravísimas y omisiones al interior de EPM”. Me referiré sólo a las dos causas raíz física que retoma Pérez, que implicarían, en especial, al Consorcio Generación Ituango (CGI) quien tuvo a cargo los diseños de Hidroituango y sigue actuando como asesor durante la construcción del proyecto.  

En primer lugar, es un error creer, como parece que lo hace McGregor y retoma Pérez, que el fallo de la Galería Auxiliar de Desviación (GAD) se debió a que este túnel tuvo que operar con caudales superiores a 1.200 metros cúbicos por segundo (m3/s). La GAD fue diseñada con la capacidad suficiente para evacuar las crecientes del río Cauca, con base en criterios establecidos para este tipo de obras. Al respecto, es necesario precisar que el sistema de desviación de un río está compuesto por los túneles de desviación, así como por las ataguías (pequeñas presas temporales que permiten direccionar el río hacia los túneles de desviación). Con ambos componentes se define la capacidad del sistema de desviación requerido. 

Para desviar el río Cauca por la GAD, el atrás referido caudal de 1.200 m3/s fue determinado por el CGI para dos actividades específicas, que de manera obligatoria debían ser ejecutadas en períodos de estiaje. Estas dos actividades se relacionaban con: 1). La construcción de las ataguías que permitieran direccionar el río Cauca hacia la GAD y 2). La fijación del día en el que se podría iniciar el llenado del embalse. 

Por otro aspecto, el caudal que se descargó por la GAD nunca superó el caudal de diseño. El 12 de abril de 2018, 14 días antes del accidente de obra, al sitio de presa de Hidroituango, estructura esta que en ese momento avanzaba en su construcción, llegó un caudal máximo del orden de 2.800 m3/s, según los registros tomados en la Estación Pescadero y descargó por la GAD un caudal del orden de 1.800 m3/s. 

El caudal de diseño de la GAD se estableció para un período de retorno de 50 años y correspondía a un caudal entrando al embalse de 4.700 m3/s, y de 3.000 m3/s descargando por la GAD.  

Otra hipótesis sobre la causa raíz física que supuestamente hizo colapsar la GAD (la hipótesis de Skava), que también retoma Pérez, supone que el evento se originó en un proceso erosivo generado en una supuesta “cizalla” en la solera y a la falta de una losa de piso en la galería. Esta losa, según las especificaciones técnicas, sólo se exigía para terrenos de pobre calidad geotécnica calificados como Terreno Tipo IV, lo cual no fue registrado durante los levantamientos geológicos que se hicieron durante el proceso de excavación de la GAD.  

La calidad geotécnica del terreno en el tramo donde se supone que se originó el proceso que hizo colapsar la GAD corresponde a Terrenos Tipo III, los cuales, según las especificaciones técnicas del proyecto, no requerían la colocación de losa de piso. 

De acuerdo con mi experiencia profesional, más de 50 años como consultor en diseño de túneles, la clasificación de terrenos que hizo el CGI y el Consorcio Constructor (CCCI) de HI es el producto de un minuciosos levantamiento geológico y geotécnico detallado del macizo rocoso, expuesto a medida que se avanzaba con la excavación de la GAD. 

Decir que el sistema Barton para clasificar macizos rocosos está obsoleto, como parece que, según Pérez, se afirma en el informe de auditoría forense, es una opinión de alguien que desconoce el estado del arte en estas materias. 

En mi concepto, para el diseño de GAD el CGI utilizó procedimientos internacionalmente reconocidos para caracterizar macizos rocosos, los cuales se resumen a continuación: 

  • Caracterización el macizo rocoso utilizando el sistema Q, desarrollado por el Instituto Geotécnico de Noruega (NGI, por sus siglas en inglés). Este sistema de caracterización geotécnica de macizos rocosos es universalmente utilizado para el diseño de túneles y se basa en la experiencia constructiva de centenares de túneles construidos de manera exitosa en el mundo en los más variados entornos geotécnicos, cuya calidad se incluye en el sistema Q, y de cuantificar la estructura del soporte estructural, que para cada Q se requirió para logar la estabilización de la excavación y operación del túnel. Si McGregor cree que el refinado procedimiento empírico que llevó al sistema Q es obsoleto, debería indicarnos un sistema sustituto. 
  • Obtención de los parámetros geomecánicos de resistencia al esfuerzo cortante del macizo rocoso, necesarios para el diseño de la GAD, siguiendo los criterios de Hoek y Brown, definidos en el Índice de Resistencia Geotécnica (GSI, por sus siglas en inglés), así como los parámetros de resistencia a la compresión inconfinada (UCS, por sus siglas en inglés), el módulo de deformabilidad (E) y demás parámetros relacionados con el macizo rocoso 
  • Los parámetros de resistencia al esfuerzo cortante de las discontinuidades del macizo rocoso, requeridos para el diseño, se ajustaron a lo propuesto por   Barton 
  • Para el diseño del sistema de soporte de la GAD, se tuvo en cuenta la profundidad de la extensión de la afectación de las voladuras durante la excavación del macizo rocoso alrededor del perímetro del túnel  

    Adicionalmente para el diseño de la GAD se contó con toda la experiencia específica de CGI, adquirida durante la construcción y operación de los túneles de la desviación original, localizados en mismo macizo rocoso y muy cercanos a la GAD  

    En lo relativo a que un supuesto proceso erosivo originado en el piso en la zona de cizalladura presente entre las abscisas 0+529 y 0+539, que postula el informe de Skava, que nadie ha tenido ni tendrá la oportunidad de verificar en el piso de la excavación, que ahora retoma Pérez, nadie que conozca mecánica de rocas lo afirmaría.  Un proceso erosivo de una roca no afectada por meteorización, lo que en lenguaje ingenieril se denomina roca fresca, que conforma el macizo rocoso por encima del sitio donde se supone que se inició el colapso de la GAD y que llegara hasta la superficie del suelo es una hipótesis insostenible. Si la erosión de una roca fresca por el agua operara como cree Skava, es un supuesto, desde todo punto de vista, inaceptable. Si así fuera, el lecho del río Cauca que conoció el suscrito en el año de 1971, ya no existiría. La erosión del agua sobre los macizos rocosos es un proceso que actúa durante millones de años, no días como lo cree Skava. 

    Como conclusión la verdadera causa raíz que originó el accidente de obra de Hidroituango radica en decisiones de EPM, el contratista y dueño del proyecto, quien ante los retrasos en la construcción de los dos túneles originales de la desviación (TOD) y de la no llegada a tiempo de las compuertas, ordenó adelantar el Sistema Auxiliar de Desviación (SAD), que, entre otras, incluyó: desviación del río Cauca por los TOD, sin haber previamente instalado las compuertas, como se requería y como lo especificaba el diseño original del proyecto.