29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El entramado del narcoestado @SenadoGovCo

Por José Alvear Sanín (foto)

Reconocerlo es doloroso. Colombia está en camino de convertirse en un narcoestado. En parte de su territorio ya lo es. Buena parte de su legislación y de sus tribunales están infiltradas eficazmente por los promotores del narcoestado.

Estos se dividen en varias categorías. Desde luego, los que siembran y los que recogen no pueden rechazarlo. Hasta ahora son pequeños productores y raspachines, base popular y electoral, determinante en las zonas productoras.

La cadena continúa con los que acopian las cosechas, montan laboratorios y producen la cocaína para comercializarla, antes en el exterior y ahora también en el interior. Se les conoce como carteles y mafias, organizaciones armadas que no lograron el pleno control territorial.

Por esa razón, después de enfrentamientos resolvieron, con la mejor lógica comercial, asociarse con sus antagonistas, las guerrillas. Estas, inicialmente, veían en los narcóticos y psicotrópicos armas de guerra contra el imperialismo americano, pero posteriormente han llegado a convertirse en confiables socios de los carteles, nacionales y mexicanos, derivando los ingresos monumentales que les permitieron mantener miles de hombres y contribuir al sostenimiento de sus “principales”, es decir el gobierno de La Habana. (Lea la columna).