Por William Fernando Yarce
Si alguien todavía no lo tenía claro, si la evidencia de los últimos años no era suficiente, lo sucedido antes y después de la elección de Gustavo Petro es la patética demostración de la desaparición total y definitiva de los partidos políticos en Colombia.
Reducidos a endebles fachadas de las maquinarias electorales, tirados a la escombrera de la politiquería, sin respeto por principios ni por ideas, ya es hora de que formalmente se reconozca su desaparición.
¡Cuáles principios de Caro y Ospina, cuáles ideas liberales, cuáles principios de izquierda, cuál derecha o cuál izquierda! Todo eso es cosa del pasado en la Colombia de hoy.
El Banquete del poder, sus platos y platillos, sus entradas y sus postres pueden más que cualquier idea.
Sentados a la mesa, listos para recibir su ración no importan los colores, las proclamas ni la historia, han demostrado quienes hoy dicen representar los partidos, los colores y las ideas que primero está el comer. Todo lo demás es Manipulable.
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