21 diciembre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El balance Petro 2025 es de violencia y corrupción

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Por Iván de J. Guzmán López

Petro prometió en campaña una Colombia próspera, en paz y sin corrupción; no obstante, a una semana de terminar su tercer año largo, el panorama de violencia y corrupción no tiene parangón en la historia de Colombia. Sus 11 millones de “cristianos” que lo eligieron contemplan estupefactos lo que hoy  es su paz total, la abortada promesa de acabar en tres meses con el ELN, llevar la corrupción a cero, garantizar educación para todos, cero clientelismo, meritocracia en los cargos públicos, salud para “el pueblo”, un Icetex remozado para los jóvenes, un tren de Buenaventura a Cartagena …, y siga.

Hoy, faltando muy poco para terminar el año 2025, el balance es más negro que “el alma luciferina del Barón de Charlus”; las noticias son de corrupción por todas partes, violencia incontrolada en el 70% de Colombia y una carrera diplomática pateada vulgarmente, y que nos hace ver en el contexto internacional como un país sin ninguna capacidad de negociación y, por el contrario, incendiaria con sus vecinos, tal como acaba de suceder con Chile; eso sí, menos con Venezuela.

“Violencia, maldita violencia,

¿Por qué te empeñas en teñir de sangre la tierra de Dios?

¿Por qué no dejas que en el campo nazca nueva floración?

Violencia, maldita violencia, ¿por qué no permites que reine la paz, que reine el amor?

¿Que puedan los niños dormir en sus cunas sonriendo de amor?

Violencia,

Por qué no permites que reine La Paz…, es el grito de la cumbia de Gabriel Romero que hoy, más que nunca, duele en toda Colombia.

¡Cómo nos duele el asesinato a diario de policías y soldados humildes!, que mueren masacrados, abandonados en los cuarteles o en el monte, resistiendo patrióticamente hordas de feroces criminales, sin recibir apoyo alguno de sus jefes, así lo imploren en medio de tomas violentas que destruyen toda una población, como acaba de ocurrir en Buenos Aires, Cauca, atacada por más de 10 horas sin contar con apoyo efectivo y oportuno.

El ELN, que “sobrevivió” a un perentorio Plazo de desaparición, tasado por Petro en campaña, en 3 meses, hoy está fortalecido y tiene a un tercio de Colombia sometida a un “paro armado”, mientras la mayor “acción militar” del flamante ministro de defensa se limita a ofrecer millonarias recompensas por los cabecillas que dirigen el genocidio de turno y, algunas veces, soporta con estoicismo admirable demasiada vergüenza nacional e internacional ante la imposibilidad “legal” de capturarlos. Sin duda, la fiscal ayuda mucho en esto. Ocurrió hace apenas un año: “La fiscal general, Luz Adriana Camargo, aclaró que alias ‘Calarcá’ no fue capturado durante un retén militar en Anorí (Antioquia) el 23 de julio de 2024, porque no estaba cometiendo delitos de lesa humanidad en ese momento”.

Pasando a otra página del balance Petro: la de la corrupción, abrimos el capítulo más reciente, en el cual encontramos a Carlos Ramón González, un exmiembro del M-19, fundador y excopresidente del partido Alianza Verde, prófugo de la justicia colombiana (protegido por el gobierno de Nicaragua, aunque está cobijado con circular roja a nivel mundial mediante la cual se pide su captura), un uñas largas de vieja data, bailando y cantando como alma inmaculada en una “parranda vallenata”, en la embajada de Colombia en Nicaragua con el beneplácito de la cancillería de Colombia (aunque la abyecta canciller Rosa Yolanda Villavicencio Mapy, lo negó hasta cuando le fue posible).

Cosa que demostró Caracol Radio:

“Una carta enviada por el encargado de negocio, Óscar Iván Muñoz, da cuenta de los esfuerzos del funcionario colombiano para utilizar recursos de Colombia en la fiesta en la que se vio al prófugo de la justicia”.

Un día después, caen Ricardo Bonilla y Luis Fernando Velasco, cerebros de un entramado de corrupción que le costó a Colombia más de 600 mil millones de pesos (más de medio billón de pesos), dineros que provienen de los tributos de 11 millones de colombianos que votaron por Petro y de otros 11 millones que no lo hicieron:

“El Tribunal Superior de Bogotá ordenó enviar a la cárcel a los exministros Ricardo Bonilla y Luis Fernando Velasco, al considerar que existen pruebas suficientes que los señalan de presuntamente liderar una organización criminal. La Sala Penal descartó la detención domiciliaria por la gravedad de los hechos y el riesgo para la comunidad. La decisión se basó en evidencias aportadas por la Fiscalía sobre el direccionamiento de millonarios contratos de la UNGRD y el Invías”. Es de anotar que la fiscalía, tibiamente, solo pedía casa por cárcel para este par de angelitos, mismos que “llevaron” a la cárcel a los presidentes de senado y cámara de la legislatura anterior, quienes recibieron la limosna de 3 mil millones y mil millones respectivamente, para permitir y ayudar en el trámite de las reformas marca Petro.

Difícil enumerar los actos de corrupción del gobierno Petro, aunque sólo nos ocupemos de este año, 2025.

Baste citar para ello, en aras de no alargarnos, el reparto de los más connotados autores y actrices de la criminal corruptela criolla:

– Iván Name, expresidente del senado, en la cárcel.

–  Andrés Calle, expresidente de la cámara, en la cárcel.

– Luis Fernando Velasco, en la cárcel.

– Ricardo Bonilla “Risitas”, en la cárcel.

– Carlos Ramón González, prófugo de la justicia.

– Iván Velásquez, con orden de captura en Guatemala por corrupción.

– Luz Adriana Camargo, con orden de captura en Guatemala por corrupción.

– Antonio Sanguino, investigado por la Corte Suprema por corrupción.

– Armando Benedetti, investigado por la Corte Suprema por corrupción.

– Laura Sarabia, investigada por la fiscalía por lavado de activos.

– David Racero, investigado por la Corte Suprema por tráfico de influencias.

– Ricardo Roa, investigado por la procuraduría por irregularidades en contratos.

– Olmedo López, condenado por corrupción.

– Sandra Ortiz, investigada por la fiscalía por tráfico de influencias.

– Isabel Zuleta, investigada por la procuraduría acusada de sacar presos de la cárcel para asistir a evento público de Petro y la presunta solicitud a militares y policías de no actuar contra estructuras criminales.

La lista es larga y engorda a reventar el balance de violencia y corrupción del gobierno Petro.

Pongo punto final a la espantosa reseña de corrupción que vive el gobierno Petro, al menos por la bella Navidad.

Feliz Navidad para todos mis lectores y amigos, y mejor año 2026.