
Por Darío Ruiz Gómez
Acróstico es una composición poética que se lee verticalmente y cada letra se acompaña de un verso. Al acróstico que se popularizó en Colombia recurrieron novios y novias, ingenios patrióticos.
Llamó mi atención hace muy poco descubrir que un Partido político de extrema-extrema izquierda hubiera recurrido al acróstico para hacerse reconocer ante el “pueblo” pues como todos sabemos los de la izquierda solamente se dirigen “al pueblo” ARTE, sí créanmelo, Arte, es el nombre escogido por los encargados de crear la imagen política de Iván Cepeda.
El acróstico dedicado a Cepeda y que según estos creadores de imagen debe hacerlo reconocer ante los empobrecidos por los impuestos al pan, al agua, al calzado, a todos los alimentos de la canasta familiar y que encima deben pagar para no ser asesinados por las organizaciones criminales que dominan ciudades y territorios: AUSTERIDAD, RESPETO, TRANSPARENCIA, ÉTICA.
Virtudes morales propias del Derecho y la filosofía que enaltecen al ciudadano en la convivencia pero que aquí, sorpresivamente estos creadores de imagen lo aplican al Quintero que con su organización criminal se robó Medellín, al Quintero muchacho de barrio que a los tres meses de Alcaldía compró en el Poblado una ostentosa residencia, a Carolina Corcho cuyas ridículas teorías socialistas sobre la salud y en compañía de ese singular cínico, el ministro Jaramillo, destrozó la Salud Pública.
Este despropósito electorero es además una ostentosa mentira ya que su propuesta revolucionaria no es científica sino emocional que es lo más peligroso que puede darse cuando se pasa de manosear teorías del comunismo criollo a hacerle frente”a los problemas concretos de una sociedad concreta”.
AUSTERIDAD: mientras a la guerrilla rasa que firmó el Acuerdo de Paz la matan, se pudren en las selvas recordemos la vida “austera” que se da Sandra Ramírez o los restaurantes de alta cocina que frecuenta el afectado Pastor Alape o las mansiones de “representantes del pueblo” como Calarcá, Iván Mordisco y todas los especímenes que el bandolerismo y la jungla han dejado como legado a nuestra sociedad. ¿Respeto?
Jua jua como dicen los niños cuando escuchan algo sin sentido en boca de personajes sin sentido. Matar por matar, destruir territorios patrimoniales para dar paso a sus camionetas de última gama. La última de sus estrategias que consiste en apoderarse del discurso de sus opositores para negar el mal que han hecho no les está dando buenos resultados porque como fonomímicos son muy malos y la historia no se cambia así de buenas a primeras.
El arte del travestismo requiere en política de una estética refinada que está muy lejos de estos desagradables disfraces con que quieren mostrarse amables, comprensivos para engañar a los demócratas.
TRANSPARENCIA. ¿Qué nos ha dicho Iván Cepeda de las tomas a sangre y fuego de Urabá o el Magdalena medio? ¿De su amistad irrestricta con Iván Márquez?
La matanza, recuerda Orwell, no es un acto de guerra sino una brutalidad. Hubiera bastado no con arrepentirse públicamente si no con la condena abierta de la barbarie.
¿ÉTICA? Que algunos de sus intelectuales citen a Kant para ilustrar su desorden mental es un despropósito. Ya Merleau-Ponty en su denuncia sobre las pretensiones de Lenin de superar a Kant había desenmascarado el intento de un carnicero por disfrazarse de filósofo.
¿ÉTICA? ¿Cuántos policías asesinados con drones, cuántas formas de violencia mediante la tecnología del mal? ¿Cuántos intentos de diálogo rechazados?
El video donde unos sádicos mercenarios de las Disidencias colocan contra el pavimento a dos pobres conductores y proceden a dispararles para luego quemar sus vehículos lanzando amenazas es ya el culmen de la brutalidad y ante todo una demostración de la falta de ética de los arrogantes cómplices de este acto repetido una y otra vez, como suprema ofensa a los seres humanos. Disfrazarse de demócrata no es tan fácil, recuerden.
Más historias
Washington apunta sus cañones al mar Caribe
Humor y política
Qué lee el maestro Gardeazábal: General José María Melo