16 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El análisis del gobernador Aníbal Gaviria que encendió la ira del alcalde Quintero

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@GobAntioquia @anibalgaviria @QuinteroCalle 

El gobernador Aníbal Gaviria escribió un artículo en El Colombiano este domingo, que tituló Los tres mitos que se han creado contra Antioquia. 

Su análisis se refiere a tres puntos muy importantes: El regalo del Metro, El privilegio de las vías 4G, y La Improvisación de Hidroituango. 

“Se han creado lo que yo llamo tres grandes mitos y mentiras contra Antioquia. Y, tengo que decirlo con respeto enorme, que han hecho mucha más carrera en la opinión pública en la capital del país. 

No hago un memorial de agravios, sino que propongo un contraste entre versiones que se han tejido y animado en diversos escenarios, con datos incompletos y desestimando las realidades. Es decir, lo que pretendo es promover un debate con argumentos, con hechos, como corresponde en una sociedad democrática, más que con opiniones viscerales, lugares comunes o discursos populistas, escribe Aníbal Gaviria

Sobre el tema de Hidroituango, el gobernador marca diferencias muy claras, y fronteras conceptuales con el alcalde Quintero, que llevan a concluir que son la base del distanciamiento que existe entre ambos mandatarios. 

Hace énfasis en que la contingencia de 2018 fue un accidente, que las aseguradoras pagaron, como tenían que pagar, en que no hubo errores constructivos y ni un solo rasgo de corrupción, cuatro aspectos en los cuales el alcalde Quintero piensa todo lo contrario. 

Para no caer en el riesgo de descontextualizar alguna de sus frases, El Reverbero de Juan Paz ofrece estos párrafos completos, porque no admiten interpretación: 

Arrancó con esta frase: “Tal vez la más actual y dolorosa mentira contra Antioquia es el mito de estigmatizar a Hidroituango como un proyecto improvisado. Y se van creciendo y deformando todavía más a través del abuso del poder de algunos, y del populismo, del fanatismo y de la mentira de las redes sociales”. 

“Hasta abril de 2018 todos querían estar en la foto, muchos reclamaban su paternidad, pero al sobrevenir la contingencia la mayoría saltó del barco y el proyecto quedó casi huérfano. 

No en vano dice la sabiduría popular que “después de la guerra todos se creen generales”, y por ello muchos de los que daban codazos para colarse en la fila de las invitaciones pasaron a exponer críticas que nunca habían esbozado con anterioridad. Pero veamos algunos hechos que son contundentes y desbaratan la falseada y oportunista imagen que se quiere crear: 

Primero, a pesar de la dimensión innegable y gravísima de la contingencia, a pesar de que estamos hablando del siniestro más grave de la infraestructura en Colombia, en todo el trayecto, desde el 28 de abril de 2018 hasta hoy, ¡no se ha perdido una sola vida!, un hecho que es perversamente desconocido y minimizado. 

En segundo lugar, en el aspecto económico, el pago de 4,3 billones de pesos de las compañías de seguros ratifica sin la más mínima duda, por un lado, que los seguros fueron perfectamente contratados, negociados, estructurados, y por otro lado, que fue un accidente en el que no se presentó ni dolo ni culpa grave, sin estos requisitos ninguna compañía de seguros del mundo hubiera pagado. No es cualquier cosa que una compañía de las más serias del mundo pague casi 1.000 millones de dólares. 

Más aún, el pago pudo y debió ser mayor pues la cobertura de los seguros de todo riesgo y lucro cesante alcanza la cifra de 3.128 millones de dólares, es decir más de 12 billones de pesos. 

En tercer lugar, frente a los perversos señalamientos que se hacen desde adentro y desde afuera: bastante se ha hablado de supuesta corrupción en Hidroituango, pero ninguna de las pesquisas e investigaciones –y ha habido bastantes– ha detectado, denunciado y mucho menos comprobado cualquier indicio de corrupción. Quienes han hecho estos señalamientos, los hacen entonces irresponsablemente y sin fundamento. 

Estos argumentos ratifican la posición que desde el mismo momento de la contingencia he repetido, incansablemente como ciudadano, como candidato y como gobernador: que paguen los seguros y que se ponga a funcionar Hidroituango sin dilaciones, como lo concluye contundentemente el informe Pöyry. 

Sin duda, la gravísima contingencia en Hidroituango pone al descubierto errores o decisiones que a la luz del conocimiento adquirido en ese momento, en un futuro podrán ser diferentes. Pero ello de ninguna manera significa que se actuó con ligereza, mala fe o falta de transparencia, como magistralmente lo expusiera el expresidente de ANIF, Sergio Clavijo, en su artículo, comparando la tragedia del Challenger con la contingencia de Hidroituango. 

La historia terminará reconociendo que, a pesar de la complejidad técnica y los riesgos de la contingencia, sacaron a relucir lo mejor de Antioquia, el profesionalismo y la resiliencia de nuestra gente, pero no de una persona, no la de un individuo, sino la colectiva: asesores, contratistas, constructores, academia, y especialmente EPM, responsable del proyecto, que sin buscar créditos o pantalla se han dedicado a ejecutar desde la contingencia hasta el presente las decisiones y las acciones que permitan retomar el control del proyecto y progresar hacia la puesta en funcionamiento. 

La historia demostrará que Antioquia fue capaz de levantarse y sacar adelante un proyecto inmenso, incluso después de una contingencia que parecía catastrófica. He sido y sigo siendo muy crítico de las enormes deudas de nuestra sociedad, que se reflejan en los altos niveles de violencia y desigualdad que históricamente hemos padecido. Por eso este artículo no se trata de una defensa acérrima de lo que hemos hecho, ni de una mal entendida antioqueñidad. Nada tiene que ver con regionalismo chovinista, más bien busco el equilibrio en los juicios y miradas, sobre el entendido de que, vistos en perspectiva, los hechos, los problemas y las decisiones se ven distintos”.