
Por Adriana M. Cardona L.
Dicen los que saben que el alcaraván es un ave que demuestra su territorialidad y defiende su nido. Algunos poseen un espolón como medio de defensa.
Hoy vemos cómo algunos candidatos que aspiran a la presidencia les dan una interpretación libertina a las normas electorales, emitiendo su concepto como si fuera un presagio no muy divino, nos recuerdan las palabras. Así lo afirma un exalcalde de Medellín: “cambio en primera”, “resetear la política”.
Este país está en modo resetear y que no es una manifestación de oídas, acogiéndonos a la certeza electoral, el cambio en primera les dio resultado. Y las recomendaciones del MOE se convierten en letra muerta. Dicen los que más saben que las reglas electorales existen, pero aquí parece que no las van a respetar.
Sería importante reflexionar y decir. ¿El territorio colombiano brindará la calidad del puesto de votación desde el punto de vista logístico y contará con la seguridad necesaria para garantizar unas elecciones libres y transparentes donde se pueda ejercer el derecho al voto para terminar con un gobierno que hace vivir en el miedo, el odio y la barbarie? No vaya a ser que ajusten el sistema y terminen reseteando el voto y este se convierta en una idea peligrosa de la igualdad.
Los peligros de una verdadera democracia son no sensibilizar a la población sobre estos temas y que los desafíos en materia digital obligan a aprender de la manipulación electoral en línea, deepfakes, la desinformación y la inteligencia artificial (IA).
De nada sirve tener una registraduría nacional (RNE), un consejo nacional electoral (CNE) sin unas verdaderas garantías, ya que Colombia aún posee muchos vacíos en la materia y que su marco legal y educación cívica son deficientes y que, bajo los parámetros de la lógica electoral, se pierde la confianza ciudadana.
Y nos trasladan a una cultura donde no se puede cuestionar a los demás ni se piensa críticamente. Algunos países de América del Sur han tomado medidas para regular y mejorar la rendición de cuentas de las plataformas, donde se utilizan algoritmos que reemplazan características faciales, expresiones y voces, superposición de rostros, clonación de voz y sincronización de labios.
El voto adiestrado se convierte en el reseteo anhelado de un amanecer incierto impregnado de censura de prensa, falsos campesinos merecedores de tierras, indígenas sublevados que dejaron sus costumbres faltándole a sus ancestros, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional obligados, arrodillados y sin honor militar.
El alcaraván avanza y su brazo político lo multiplica y, mientras tanto, la política brilla sin necesidad de mirar el rostro y sus matices impregnados de ansias de poder nos traslada a un mundo donde la ética perdió su brillo y se enlaza de la mano de la política.
La humanidad moderna, atrapada en sus pensamientos subjetivos, nos envuelve en un mundo de realidad. Cervantes y su obra maestra «Don Quijote» nos sirven para analizar la mediocridad política que hoy quiere triunfar y que nos enseña que hay más malicia en su actuar que la que tiene el alcaraván.
Más historias
Vistazo a los hechos: Petro y Maduro se quedan solos
Maestros e influencers en Contravía
La Agenda 2030 de la ONU y sus pobres avances