29 marzo, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Ecos del documental La Tinta de la Vida

@eljodario

Por Orlando Ramírez-Casas (ORCASAS)

De pura casualidad, telenavegando con mi control remoto, me topé con el canal Tele Islas en el momento en que empezaba la reproducción del documental que su vecino Tele Pacífico inauguró el pasado 20 de mayo titulado “La tinta de la vida –Una historia sobre Gustavo Álvarez Gardeazábal , el diferente”, dirigido por Miguel Ernesto Yusty.

https://www.youtube.com/watch?v=Mxdkje4RYr8

“…El documental pretende hacer un tributo a este escritor polémico, controvertido, que ha dejado una obra literaria válida por sí misma, y que siempre tiene una mirada diferente del mundo, destacándose tanto en lo artístico, como en lo político y lo mediático…”.

https://www.valledelcauca.gov.co/cultura/publicaciones/66331/telepacifico-estrena-documental-sobre-gustavo-alvarez-gardeazabal/

Si no pareciera como estar ya muy gastado por parte mía el calificativo, tendría que decir que este documental me encantó. Bien hecho en sus tomas primarias, bien editado para la presentación final, bien seleccionados los testimonios, con buen sonido y buen manejo de cámaras, y con un personaje que él solo ya es garantía de éxito en cualquier propósito que, como este, pretenda mostrar la vida de alguien que ha marcado época en el país como escritor, cuando ha sido escritor; como político, cuando ha sido político; como periodista y comentarista de opinión, cuando le ha tocado serlo; y hasta como humorista, cuando la vida lo puso en la circunstancia de trabajar para el programa de humor serio La Luciérnaga de Caracol, en donde hizo buenas migas y se hicieron buenos amigos con el veterano periodista radial Hernán Peláez Restrepo. Conformaron ellos una dupla de éxito en ese programa.

En este documental Gardeazábal no deja dudas de que él no es de medias tintas, y que cuando tiene que decir algo lo dice de frente y sin titubeos porque le gusta decirle al pan pan y al vino vino. ¿Qué dicen que él salió del clóset? “Yo nunca estuve en el clóset. Siempre fui como fui y nunca me dejé hacer buling.

Más bien por esa razón tuve que pelear para sacudirme los asedios indeseados y me costó trabajo encontrar los deseados”. Habla sobre política con José Pardo Llada “cuando fuimos derrotados en las elecciones”, habla sobre cuando ganó la elección para la alcaldía de Tuluá, habla de cuando ganó la elección para la gobernación del Valle del Cauca, habla sobre su encarcelamiento durante tres años. “Y yo lo acompañé para cuidarlo, y hago cuentas de que fue visitado por lo menos por treinta o cuarenta mil personas en la instalación militar donde estuvo recluido”, dice el músico Alfredo Saldarriaga que es su compañero sentimental desde hace varios años.

Un testimonio manifiesta que por la finca El Porce en Tuluá pasaron presidentes, expresidentes, candidatos, generales, fiscales, procuradores que iban a consultarlo y le hicieron ganar el apodo de “El oráculo de Tuluá”, que le pusieron los que no le hicieron caso y luego las cosas les salieron conforme él se las había vaticinado.

El secreto de Gardeazábal, dice otro testimonio, “es que es un gran analista, y es el hombre mejor informado de este país. A él todo se lo cuentan”. Y su otro gran secreto, dice Hernán Peláez Restrepo, “es que siempre que él me proponía un tema para tocar, una confidencia para hacer, estaba respaldado por documentos fidedignos.

Cuando de las oficinas gubernamentales llamaban a desmentir una noticia, como decir la destitución de tres o cuatro generales, él tenía copia del oficio firmado por los altos mandos y el Ministerio de Defensa confirmando que tal destitución era un hecho. Él no dejaba nada al azar”.

https://www.youtube.com/watch?v=yQ8Q5QtAyIA

Cuando el vicepresidente de Caracol en ese entonces le propuso a Peláez Restrepo que vincularan a Gardeazábal a La Luciérnaga, surgieron dudas de que él aceptara ese trabajo, pero lo aceptó. “Cómo no iba a aceptarlo si yo era su admirador. La Luciérnaga me hizo compañía durante los tres años que estuve recluido”.

Contó Peláez en el documental que “El programa ya se había iniciado con ese nombre cuando recibimos una demanda por parte de una señora que tenía el nombre registrado a su favor en la Cámara de Comercio. Tuvimos que pagarle durante mucho tiempo por el uso del nombre por parte de Caracol”.

Los realizadores del programa, que tiene una duración de una hora, se proponen presentarlo en salas de cine cuando pasen las obligadas restricciones que impone el confinamiento por la pandemia.