
Por Carlos Mario Restrepo TamayoÂ
Está en la izquierda, está en el centro o está en la derecha
Hace muchos años por allá en los años 40 y 50 los colombianos se mataban, principalmente en el campo, por diferencias entre conservadores y liberales o entre azules y rojos, entre hermanos que sin saber leer ni escribir, en la mayorÃa de los casos, se asesinaban en la forma más salvaje utilizando el famoso «corte de franela» por no compartir o simpatizar con los lÃderes polÃticos de la época.
Para terminar con esta horrible época de violencia surgió el famoso Frente Nacional, como solución para apaciguar los ánimos tan caldeados del pueblo, intercalando la presidencia entre los dos partidos tradicionales, de a dos perÃodos por cada partido, creyendo que este reparto o esta decisión de centro serÃa la fórmula salvadora para pacificar el paÃs y terminar con la violencia, olvidándose los partidos y sus lÃderes de los graves problemas sociales que se cocinaban en todos los rincones de la patria.
Por esta época surgió como reacción al Frente Nacional el surgimiento del movimiento M19, el cual, en compañÃa de las FARC el ELN y otros grupos de insurgentes como el EPL, arrasaban con el campo trayendo pobreza y desolación.
Después de muchos intentos de paz por parte de varios ingenuos presidentes, se intentó infructuosamente firmar ceses al fuego y acuerdos de paz, todos terminando en fracasos totales, basta con recordar el holocausto del Palacio de Justicia por parte del M19 o la frustración del acuerdo del Caguán con el guerrillero Tirofijo.
La calentura no está en las cobijas la cuestión, no está en firmar acuerdos de paz para la foto de los periódicos, ni en ganarse premios Nobel de Paz sin merecimientos.
Este fracaso rotundo de intentos de paz llevó a la presidencia al doctor Alvaro Uribe Vélez, quien en su gobierno de mano dura y corazón abierto logró reducir la violencia en los campos y recuperar la confianza inversionista e incrementar todos los indices de la economÃa.
Pero como siempre ocurre en la vida, lo bueno no dura y pasamos del cielo al infierno y el gran lÃder y nuevo libertador de Colombia nos hizo creer que Juan Manuel Santos serÃa la fórmula que garantizarÃa el crecimiento económico y la paz en todo el territorio nacional.
Después de esa luna de miel con el gobierno del doctor Alvaro Urive Vélez hemos venido de mal en peor, en caÃda libre, asà en el gobierno de Iván Duque hubiéramos tenido unos Ãndices de crecimiento muy importantes. Pero desafortunadamente resultó un presidente nefasto para la derecha de esta paÃs , entregando al doctor Alvaro Uribe con la más baja popularidad, subyúdice y a su partido casi que enterrado.
Colombia está recogiendo lo que sembró durante todos estos últimos años y permitió que llegara a la presidencia de la república una persona llena de odio, sin preparación, con venganza y deseos de perpetuarse en el poder, con una carrera delictiva y con esta hoja de vida para gobernar este paÃs.
Durante estos últimos años no hemos construido verdaderos lÃderes ni hemos fortalecido los partidos polÃticos, solamente hemos visto surgir egos y vanidades que solo dividen las fuerzas para combatir la delincuencia y la corrupción, como el peor cáncer social y polÃtico de nuestra generación.
Ahora nuestros candidatos de la oposición a la presidencia creen que solamente criticando a Gustavo Petro se ganarán la simpatÃa de la mayorÃa de los colombianos. Pero están muy equivocados, Basta con mirar las encuestas y basta con asistir a sus reuniones y almuerzos para ver la pobreza de sus discursos, carentes de programas de gobierno en sintonÃa con los ciudadanos y empresarios.
TodavÃa estamos a tiempo, aunque nos está cogiendo la hora del ordeño.
Los colombianos ya no comemos cuento ni aguantamos más impuestos. Estamos carcomidos por la corrupción en todas las instituciones, los jóvenes no tienen futuro y tienen que emigrar. No bastan las marchas en protesta, ni los gritos de fuera Petro ni las fórmulas que se utilizaron en el antaño, como crear el campeonato de profesional de fútbol para apaciguar los ánimos por el asesinato del lÃder Jorge Eliécer Gaitán o anticipar la vuelta a Colombia (ambos casos llamados opio pal pueblo), para apaciguar los ánimos por los resultados de las elecciones del año 70 donde supuestamente salió derrotado el candidato del Frente Nacional, Misael Pastrana por el candidato de la Anapo, Gustavo Rojas Pinilla.
En Colombia necesitamos candidaturas con programas de gobierno serios, sólidos y sostenibles.
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