25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Dónde está el líder

Por Alejandro Villa

Es indiscutible que, en lo que podríamos denominar tiempos modernos, sociedad con alto nivel tecnológico, globalización, no se había visto una situación como la que estamos viviendo. Claramente  no habíamos visto una epidemia como esta en los últimos 100 años. Nadie podría dar  testimonio vivo de algo como lo que vivimos hoy. Esa es la razón por la cual asusta y genera tanta alarma entre la población.

Ahora, si abrimos un poco más la lente con que se deben mirar estos eventos y lo vemos en una perspectiva histórica mayor, podemos ver que la humanidad ha tenido que lidiar con muchas epidemias, en sociedades menos preparadas, con menos información, menos conocimiento científico  y menos condiciones de higiene. Para resumir, creo que deberíamos estar mejor preparados que nunca para enfrentar la llegada de un enemigo como el Coronavirus.

Cuando la Peste Negra (Yersinia Pestis)  apareció en el siglo XIV se expandió desde china hasta Inglaterra en un periodo de  10 años, matando por lo menos  el 30% de la población total de Asia y Europa.

Nadie sabía de qué se trataba, cuál era la causa, que producía la epidemia y qué hacer para curarla.

Hoy la epidemia del Coronavirus tomó dos semanas, a científicos y médicos, no solo para identificar el virus, definir la cadena de ADN, sino también para identificar la secuencia de la totalidad del genoma y  además desarrollar una prueba que nos permita saber quién contrajo el virus y quién no lo tiene.

Aunque todavía falta un tiempo antes que tengamos una cura y poder resolver el problema. Entonces, científicamente sí estamos en una mejor posición frente a la enfermedad.

No se nos olvide que este virus se propagó de China a Europa y de Europa a América en un periodo mucho más corto que los anteriores virus, unos pocos meses.  Eso asusta mucho al ciudadano normal como nosotros.

Preocupa también, ver la manera desarticulada como se ha manejado el problema por parte de los líderes mundiales. Es clara la falta de coordinación de los diferentes países. Se nota el deterioro de las buenas relaciones entre ellos, no aparece el líder que genere confianza, hoy las condiciones son distintas.

Si lo comparamos por ejemplo con la crisis financiera de 2008, aclaro, una crisis de diferente origen, pero tiene alguna similitudes, los gobiernos de la época eran gobiernos responsables (o como los denomina Yuval Harari, adultos responsables), que tenían el liderazgo suficiente para manejar la crisis y lo supieron hacer.

En los últimos 4 años se ha sufrido un rápido deterioro de las relaciones entre países. La nueva visión de la cooperación entre las naciones, le ha dado un nuevo papel al país que ha liderado  tanto la crisis del 2008, como en la  crisis sanitaria que el mundo vivió en 2014: la del Ebola.

Los Estados Unidos, han manifestado explícitamente y lo han demostrado con hechos, que no está dispuesto a tomar esa posición de líder. Incluso específicamente en 2016 Estados Unidos manifestó su decisión de renunciar a  este rol.

En su nueva visión, hoy no tiene amigos y ahora sus  relaciones solo se basan en los intereses  que favorezcan a su país.

Hoy, si supusiéramos que los Estados Unidos estuvieran manejando bien su crisis sanitaria, cosa que no está sucediendo y decidieran reasumir su liderazgo mundial, estoy seguro que nadie estaría dispuesto a seguir un líder mundial cuya motivación es el beneficio únicamente de su país.

Entonces lo que en verdad me asusta es la ausencia de liderazgo y cooperación. Tenemos que entender que si una epidemia aparece en algún país, amenaza el mundo entero, nos pone en peligro a todos. Por la rapidez como se propaga y la velocidad como puede evolucionar o mutar de un virus a otro. Y eso lo deben entender nuestros líderes.

Si no tenemos en estos temas sanitarios, un liderazgo mundial y cooperación internacional que nos lleve a prevenir y desarrollar información creíble y fidedigna, no ganaremos la batalla a este virus, ni los que se vienen. “TESTING” es parte de la solución. Korea del Sur nos lo acaba de demostrar.

Y aquí voy a poner un ejemplo de lo que podemos hacer: Si todos los ciudadanos tuvieran un dispositivo, un app, de vigilancia biométrica, que por ejemplo midiera su temperatura y todos sus signos de manera  constante, podríamos identificar posibles enfermedades antes que se conviertan en una epidemia.

Lo que  quiero decir es, sino ponemos al servicio de la humanidad todo el conocimiento para generar información real, confiable, creíble, que nos permita anticiparse a los hechos, iremos perdiendo una a una las batallas.

Este virus se metió en nuestra sociedad, se nos vino, sin poder hacer nada. Se está demostrando que medidas como el distanciamiento social y la cuarentena ayudan a parar la pandemia, pero no son una solución para prevenirla.

Hoy las estamos aplicando, esperemos que funcione por esta vez. Pero nuestra sociedad y nuestro sistema económico, no aguantarían un constante aislamiento, cada vez que se presente una enfermedad en un  recóndito país.

El único aislamiento en el que tenemos que trabajar,   la única frontera que tenemos que cerrar es la frontera entre los humanos y el ambiente  que rodea los virus.

Existen innumerables virus en animales, sitios, y si esos virus cruzan esa frontera, ponen en riesgo toda la especie humana. Esta es la única frontera que se tiene que  cerrar. Tenemos que poner todo el conocimiento, la investigación, la experiencia, innovación, todo a disposición de la humanidad.

Tenemos que fortalecer entidades multilaterales  como la Organización Mundial de la Salud y encontrar  países que estén dispuestos a asumir ese liderazgo y  llevarnos por el camino de la cooperación entre naciones, entre amigos.