Por Oscar Domínguez G. (foto) Doña Elvira Cossio, matrona del clan de los Valencia Cossio, fallecida en abril de 2011, nació en un pueblito del suroeste antioqueño de apenas 53 kms2 feo, faldudo y frío, que no aparece ni en las vueltas a Colombia. Murió a los 98 años.
El pueblito está localizado a 5º5632, latitud norte, y 75º 3121, latitud oeste para los interesados en visitarlo y asistir a sus fiestas del aguacate. No serán defraudados.
Esa tierra produce los mejores aguacates del mundo y sus menos de 10 mil amables y cacheticolorados habitantes viven dentro del paisaje, o mejor, dentro de la neblina que allí se da chota (en abundancia) cualquier día del año. La neblina es su huella digital. Cuando hay neblina, el pueblo parece una acuarela del maestro Ariza.
Fue doña Elvira la que le inoculó el virus de la política a su culecada integrada por Jorge Iván, Lucía, Rubiel, quien abrió el camino, Adiela, Sonia, Ramiro (el Chopra paisa), Fabio (exministro y exembajador), Nubia, Rocío, Nora Elena y Guillermo León.
Cuando se habla de los Valencia, no pasa nada. Es un apellido normal. Pero si se habla de los Valencia Cossio, se encienden las luces. Siempre ha sido así.
La animadversión que los dueños de los dos apellidos generaban en ciertos sectores fue tal que la familia contempló la posibilidad de prescindir del Cossio. No lo hicieron porque la mamá los habría pelado a todos.(Lea la columna).
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