19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Doce Pilares para una Nueva Era Educativa- Parte 2

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Por Enrique E. Batista J., Ph. D.

En mi columna pasada presenté cinco de doce pilares para una nueva era educativa. Ellos fueron: el ideológico político, financiamiento económico, proyectos formativos escolares, grados escolares y horarios, y la promoción de las habilidades socioemocionales (véase https://rb.gy/jhvgjb). En este artículo expondré los otros siete pilares.

  1. Pilar los maestros. No ha habido proyecto educativo nacional o internacional exitoso sin que se haya tenido a los maestros en las fases de concepción, fundamento y desarrollo. Ellos, como es apenas entendible, son un pilar fundamental para la configuración y desarrollo de un nuevo modelo educativo acorde con los requerimientos de toda la sociedad. Para una nueva era educativa se precisa que se les valore y reconozca socialmente su labor, se remunere mejor su trabajo y reciban apoyo e incentivos a su capacidad de innovación social y pedagógica. En los contextos científico, tecnológico, político y cultural en esta fase del siglo XXI es una tarea prioritaria la formación y la recualificación permanente de ellos en las nuevas áreas prioritarias requeridas para la necesaria transformación de las desuetas prácticas pedagógicas, lo que implica amplia atención a las Escuelas Normales Superiores, Facultades de Educación y unidades académicas que los forman con foco especial en la superación del atraso que tienen en ciencias, tecnologías y en las ciencias del aprendizaje tan esenciales para el éxito de las innovaciones y de las transformaciones educativas. Conviene que en cada entidad territorial haya al menos una “Escuela del Maestro” para la experimentación pedagógica y las innovaciones didácticas. Bien se sabe y se vive que los maestros son y seguirán siendo un pilar esencial para un nueva era educativa.

  2. Individualización de las propuestas y esfuerzos formativos. Se ha recalcado tantas veces que el modelo eficientista de formación en aulas atiborradas de alumnos, estrechas y mal dotadas, con maestros forzados a ser dictadores de contenidos e investidos de un raro poder disciplinario para que los alumnos “presten atención” no funciona. La innovación social para la transformación educativa se apoyará en las conocidas estrategias de aprendizaje activo, el aprendizaje situado, el aprendizaje adaptativo, las llamadas en la unión europea “aulas creativas de aprendizaje activo” y en el aula y aprendizaje invertido (flipped learning). La nueva pedagogía para la transformación es ajena a la uniformidad y a la estandarización que niega las diferencias de intereses, motivaciones y aptitudes que poseen los alumnos, cada uno de los cuales por conocida ley del aprendizaje puede alcanzar altos niveles de logro.

  3. Pilar de la evaluación. Tenemos un deteriorado sistema escolar construido para excluir, para anular a los ya marginados y excluidos. Para un nueva era educativa es preciso asumir que cada alumno tiene un potencial inmenso de creatividad y progresocontrario al arcaísmo que concibe a la escuela como escenario para examinar, castigar y seguir excluyendo. Cualesquiera que sean las formas novedosas de evaluación serán para establecer avances y consolidar apoyos pedagógicos y de otra índole ante retrasos y dificultades en el aprendizaje; serán para fijar rutas diferenciadas de aprendizaje, así como para hacer los oportunos reconocimientos por logros alcanzados y la aplicación de los estímulos para abordar nuevos proyectos y desafíos hacia un progreso constante, motivador y satisfactorio. La evaluación de la labor de los mismos maestros se hará sobre los éxitos que con innovación y creatividad alcancen, en colaboración con otros, en los proyectos de aprendizaje que formulen para asegurar el progreso de cada alumno. La nueva era escolar supera al modelo de escuela del dictar para examinar y para el escarnio y se centra en el vivir, sentir, pensar, conocer, transformar y amar.

  4. Medios y mediaciones pedagógicas y recursos. Hay medios y mediaciones requeridas para alcanzar los altos niveles de logros formativos vitales para la vida presente y futura de los alumnos. Todo aprendizaje escolar es mediado, empezando por la mediación pedagógica que se da entre el maestro y alumnos, entre alumnos, y entre maestros y alumnos con los contenidos, recursos y medios de apoyo en ambientes interactivos de aprendizaje que van más allá del aula tradicional y de los espacios escolares. Una nueva era educativa asegurará que las mediaciones involucren a los padres de familia, a la ciudadanía, a distintas organizaciones sociales y a los sectores productivos. Parte fundamental de la mediación pedagógica será la interacción, como acción consciente, que el estudiante hará consigo mismo en un proceso metacognitivo donde, apoyado por el maestro, ambos asuman el análisis de los efectos que las distintas mediaciones y medios didácticos o tecnológicos tuvieron sobre la enseñanza y el aprendizaje. Es claro que en un modelo educativo para una nueva era es necesario disponer de  una   variedad de recursos didácticos y tecnológicos que apoyen  la creatividad innovadora y la experimentación científica. Entre esos recursos es hoy evidente el crucial acceso a la conexión a Internet estable en la escuela y en el hogar con suficiente ancho de banda, el acceso en tiempo real a los recursos digitales para el aprendizaje y  a una amplia gama de software para abordar la resolución fundamentada a problemas tanto elementales como complejos.

  5. Infraestructura educativa. La dignidad de un país y la valía que se le da a la educación en general se puede inferir con claridad a partir del estado de la infraestructura física de sus escuelas y universidades. Sabemos que muchas escuelas, colegios y universidades tienen infraestructuras físicas en lamentables condiciones inapropiadas para aprender, enseñar y formar. Una nueva era educativa enfatiza ambientes escolares innovados, distintos a las construcciones tradicionales. Hay algunos avances en el mundo sobre nuevas formas de organización física de los ambientes escolares, más allá de las aulas tradicionales impuestas y heredadas desde el siglo XVIII, favorables para la promoción de aprendizajes activos, el desarrollo de proyectos formativos y facilitadores del trabajo colaborativo entre maestros y alumnos. En una nueva era educativa se privilegiarán ambientes físicos escolares de tamaño mediano en cuanto a la población total de alumnos, muy distante de la impropiedad educativa y pedagógica llamada “mega colegios”, en los que se atiborra a las escuelas de alumnos con notoria y evidente pérdida de la capacidad de individualizar los procesos formativos en detrimento de la posibilidad de conocer y promover los potenciales de cada alumno,  ambiente físico que abruma y  saca a los maestros de sus posibilidades de innovación pedagógica y los confina a tradicionales e improductivos roles. Los “mega colegios” han sido construidos centrados en cobertura con descuido de la calidad y de la innovación pedagógica creando dificultad para formar en las llamadas “megahabilidades” esenciales para la buena ciudadanía y el desempeño laboral exitoso.

  6. 11. Promoción de la calidad. El Estado, la sociedad y la familia, como bien lo dicen las leyes, los convenios y declaraciones internacionales, tienen la responsabilidad de asegurar la calidad de la educación. Una nueva era educativa obliga a que ese mandato deje de ser letra muerta. Esta nueva era educativa no es consonante con el criterio de calidad que pretende imponer un examen de estado mal elaborado que aduce sin fundamento científico, social o psicométrico medir la “calidad de la educación”. Ningún test estandarizado llegará tan lejos, pero sí contribuye con su efecto negativo e indeseable a anular el propósito humanizante de modelos escolares alternativos e innovadores. Esos tests contribuyen a sumir a la educación en el atraso y en la exclusión, con perturbadores efectos dañinos al pretender medir algo, pero no promover nada productivo excepto los tan ominosos rankings de las escuelas, colegios y universidades. Es cada vez más evidente que en la nueva era escolar tampoco cabrá que una organización económica mundial pretenda fijar un estándar de “calidad” para todos los países, en cada región y en cada cultura. Ha sido bien resaltado que a raíz de la actual condición perturbadora de la labor educativa muchas universidades en el mundo han prescindido de las pruebas estandarizadas para seleccionar a los estudiantes por sus severos y bien  probados efectos asociados a la discriminación y a la exclusión social, a la vez que los bachilleres no tienen que someterse a la improductiva tortura  que, como bien sienten y  reconocen,  no les mide  y mucho menos les promueve  su capacidad y predisposición para  aprender y formarse para ser ciudadanos productivos y felices.

  7. Sistema de gestión. Este eje hace referencia a la administración y evaluación participativa del servicio educativo y a la validación científica de las innovaciones, la puesta en común y diseminación solidaria de los resultados. Una trasformación de raíz del modelo educativo vigente  requiere de la reestructuración radical de las funciones y modos de operar del Ministerio de Educación Nacional  para que deje de ser en sí mismo  un obstáculo omnipresente para la gran trasformación hacia la nueva era educativa que necesita el país. También se requiere que los directivos de las instituciones educativas conozcan y apliquen los más avanzados sistemas informáticos de gestión incluidos los apoyos que ofrece la inteligencia artificial.  El sistema de gestión será participativo frente a programas, metas y logros esperados para la vida y el trabajo en la sociedad, la cultura, la política y la economía del siglo XXI y para consolidar al país como una nación democrática, progresista y en paz como suma aspiración colectiva.