Después de la muy sentida muerte del rector del Instituto Metropolitano de Medellín, Juan Guillermo Pérez Rojas, la institución universitaria abrió una convocatoria para la elección de su nuevo rector, lo cual ha generado el interés de varios académicos de la ciudad de Medellín.
La convocatoria fue abierta el 27 de septiembre y tendrá alcance hasta el 28 de octubre.
El ITM se ha consolidado como una institución universitaria de alta categoría y será, en los próximos años, un referente no solo en la ciudad sino en la nación entera.
El Reverbero de Juan Paz conoció que hay, por parte de varios aspirantes, un reclamo al Consejo Directivo frente a una restricción normativa para la inscripción de candidatos a la rectoría, que en la práctica se constituye en una fuerte barrera para cumplir los requisitos de inscripción.
Esta normativa indica que los aspirantes deben cumplir con una de las siguientes cuatro opciones: cien firmas de estudiantes, cien firmas de egresados, cincuenta firmas de profesores o cincuenta firmas de empleados, diligenciados en forma personal y física.
Varios analistas de la vida universitaria, que se reúnen semanalmente en uno de los locales de Juan Valdés de la ciudad de Medellín, reclaman el cambio de la normativa antes de que se elija el rector, lo cual sería un acto de grandeza y democracia y sentaría un positivo precedente para las futuras generaciones.
Los analistas acordaron pedirle al alcalde Quintero que, como presidente del Consejo Directivo, le proponga al honorable Consejo Directivo de la institución que se permita a los aspirantes postularse a la rectoría sin dicha restricción o por lo menos flexibilizándola.
La razón es concreta y explícita: es casi imposible para un aspirante que no esté inmerso en la actualidad en la institución cumplir con el requisito de las firmas, que deben ser elaboradas en forma personal y presencial, cuando la institución está trabajando en forma virtual: la inmensa mayoría de las clases se están dictando en forma remota. O sea que los aspirantes a la rectoría no tienen acceso ni a los profesores ni a los estudiantes.
De igual manera la mayoría del personal administrativo está cumpliendo sus tareas a través de plataformas digitales, desde sus hogares, y no están disponibles en las oficinas.
Un exsecretario de educación comentó que en una institución que ha venido funcionando en la virtualidad, que examina a sus estudiantes con pruebas remotas, que hace reuniones corporativas a través de plataformas y que no permite el acceso abierto a sus instalaciones por protocolos de bioseguridad, no debería hacer la recolección de firmas en forma física y a “puño y letra”.
Varios profesores consultados por El Reverbero de Juan Paz comentaron que hace tres semestres no pisan las instalaciones del ITM y que ni siquiera conocen a los estudiantes porque estos, en su mayoría, no prenden las cámaras durante las clases.
La propuesta es que se acepte el aval a los aspirantes a través los correos electrónicos institucionales lo cual tendría toda la validez y transparencia, además de un ejercicio de democracia.
El reclamo es muy concreto por parte de los aspirantes: solo quieren que la institución les dé la oportunidad de presentar sus proyectos bajo la igualdad de oportunidades y un espacio de democracia.
La consecución de firmas es apenas una ventana para presentar sus candidaturas. Las personas que se postulen deberán cumplir todos los demás requisitos de la convocatoria con la claridad de que la elección recae exclusivamente en el Consejo Directivo.
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